DIFICULTAD: ELEVADA
TIEMPO: 9 HORAS
O tren vai andando pasiño a pasiño
e vaime levando cara o meu destiño.
"o tren" Andrés do Barro.
En esta jornada alcancé por fín tierras Gallegas, una Comunidad autónoma mas del territorio nacional, la última después de cruzar Andalucía, Extremadura y Castilla - León.
Galicia parece ser, al menos por mi apellido paterno " Gallego ", la tierra de mis ancestros, ya que los llamados " apellidos toponímicos ", son los derivados de los lugares en donde se vivía, procedía o poseía tierras (ejemplo: Navarro, Aranda, Soriano, León, etc.). Lo que no tengo claro es ¿como yo y el resto de mi familia hemos acabado en Almería, en el otro extremo del mapa? Por lo que me han contado algunos de mis familiares, creo saber la respuesta a esta pregunta, al menos en parte y sin corroborar para estar seguro al 100%.
La historia a "grosso modo"y para no enrollarme tanto, fue así:
Entre los siglos XIX y XX, se produjo en España una gran emigración de españoles hacia países latinoamericanos y europeos, esta diáspora fue masiva en Galicia donde la gente se trasladaba a estos países a trabajar y en busca de oportunidades. Algunos de estos emigrantes gallegos se quedaron mas cerca, en Andalucía, sobre todo en Málaga y Granada, y mas concretamente en la costa granadína de Motril donde encontraron trabajo cortando caña de azúcar para la entonces fructífera industria azucarera de esta región.
Creo que soy descendiente de estos trabajadores gallegos que acabaron por instalarse en Motril ya que un antepasado mas reciente de mi rama paterna provenía de allí y trabajó como otros tantos en la recolección de la caña de azúcar, lo que explica también el apodo o mote de mi familia paterna " Espaores ", cuyo origen viene de la palabra ESPADA, por la herramienta que se usaba para cortar la caña de azúcar, que era una especie de machete o cuchillo de hoja larga, por tanto, los que utilizaban esta herramienta recibían en nombre de "espadadores", palabra esta que se transformó en "espaores" por la costumbre lingüística en Andalucía de suprimir el fonema D al final de la palabra.
Un viejo "trovo" de mi padre decía así:
En Dalías hay tres famílias, y todos son cazadores
"Los Calíches","Los Largos" y mejor "Los Espaores".
Muchos apodos y apellidos también tienen su origen en los cargos u oficios ejercidos (ejem. Sacristán, Abad, Herrero, Pastor, Zapatero, etc).
¡¡ BLOTAH!!, ¡ Valla parrafá! Bueno, voy a centrarme en el relato de esta etapa.
Portela de Valcarce |
Cumplido el avituallamiento, volvimos a la marcha, cada uno a su ritmo. Yo me demoré un poco para realizar unas fotos en la población de Portela de Valcarce a la que se llega enseguida.
Cosechando "papas" en Vega de Valcarce |
El sendero de tierra llanéa e incluso es de bajada durante unos cuantos metros, lo que ofrece al viajero un respiro antes de comenzar un repentino y continuado ascenso que obliga a cambiar el ritmo de la marcha, utilizando un argot automovilistico sería algo así como "poner la reductora y tracción a las cuatro ruedas", acompasando también la respiración. Eso si, el entorno es precioso, con una vegetación tupida y una espesa arboleda donde se alternan castaños, robles y eucaliptos entrelazando sus ramas ofreciéndome un sombraje que mitigaba un poco el esfuerzo del ascenso. En una corta distancia (que se hace larga) de 1,5 kilómetros, se supera un desnivel de 161m.
La Faba |
Un gran numero de peregrinos, en su mayoría "guiris" ocupaban las sillas de la terraza de un pequeño bar, otros compraban souvenirs en varios puestos ubicados estrategicamente en el paso de los peregrinos. Yo tuve que hacer cola para beber agua y llenar la botella en una fuente publica, pues todos llegamos con la necesidad de hidratarnos.
La Laguna de Castilla |
El ascenso continúa después del respiro tomado en La Faba, pero ahora ahora se hace mas llevadero, 243 metros de desnivel en un recorrido de 2,4 km., que conducen a La Laguna, última población de Castilla- León por esta ruta antes de entrar en tierras gallegas.
Desde aquí, volví la vista atras subido a un promontorio en el borde del camino, las vistas eran espectaculares, el color verde en diferentes tonos lo invadía todo desde el fondo del barranco hasta aquí arriba. Una pena, no tener los suficientes conocimientos en fotografía, hubiese sacado mas provecho de aquellos paisajes.
Tras algo mas de 1 kilómetro llegué al limité territorial entre las provincias de León y Lugo, un hito grafiteado por los peregrinos a su paso por aquí, marca este punto.
A decir verdad, a mi Cebreiro me decepcionó un poco, es la iglesia prerrománica y siete u ocho edificaciones restauradas, todas para acoger y dar servicio a los peregrinos, son todo bares, restaurantes, albergues privados y tiendas de souvenirs. Quedan algunas muestras de la aldea de pallozas, cabañas también restauradas usadas como reclamo turístico.
Vista general de O Cebreiro. |
Albergue de O Cebreiro |
Liñares |
En un lateral del albergue donde hay unos tendederos donde los peregrinos ponen su ropa a secar, aquí comienza una pista forestal por donde continué mi camino, por esta senda bordeada de vegetación baja anduve unos 3 km., el último tramo de esta en bajada para llegar a contactar con la carretera LU-633 a la altura de la parroquia de Liñares.
Para comprender mejor los asentamientos demográficos en territorio gallego, decir que, los núcleos que cuentan con ayuntamiento, aquí se denominan CONCELLOS. Estos se dividen en poblaciones llamadas PARROQUIAS que a su vez están formadas por varias ALDEAS.
Por la carretera se transita durante 1 kilómetro escaso después de sobrepasar el pueblo, es un ascenso por asfalto que obliga a ralentizar la marcha, los ciclistas con los que coincidí rodaban a mi par a tope de sus fuerzas. Es un tramo duro para llegar al Alto do San Roque (1270 m.), en su cima hay instalada una estatua de bronce que representa a un peregrino luchando contra el viento. Numerosos peregrinos, ciclistas deportivos y algún turista, quisimos inmortalizarnos al pie de esta figura.
Sin perder el paso, llama mi atención la arquitectura de sus casas, todas en paredes de piedra y tejados de pizarra. También la nula actividad humana, tan solo una viejecita tomando el sol junto a un "garbero" de leña.
Vista de Padornelo desde Alto do Poio |
Desde arriba, uno de "los italianos cachondos" me vio llegar coronando el Alto. Como broma, se puso al borde del camino subido a unas piedras y despojándose de su camiseta simulando una bandera a cuadros, la enarboló delante de mi mientras yo entraba en la meta y el gritaba ¡VALENTINO, VALENTINO! ¡MOLTO GRANDE VALENTINO! Si resuello alguno, no estaba yo para bromas.
Compartí habitación con una pareja de sudafricanos y otra de alemanes, también estaba la "pizpireta" María, una jovencísima brasileña de color, de no mas de veinte años muy parlanchina. Mientras se curaba las heridas y ampollas de sus pies, comentamos la dureza de esta jornada y por lo "bajíni" criticamos el mal estado del albergue. Mas tarde bajamos a cenar al bar en una mesa larga y común junto con mas peregrinos. Agradecí mucho su conversación.
Tras el café vuelta a la habitación, de cabeza a la cama y hasta mañana.