viernes, 28 de septiembre de 2012

ETAPA 17: HINOJOSA DEL DUQUE - MONTERUBIO DE LA SERENA ( Badajoz) 32 KM.


                                    

DIFICULTAD: BAJA
TIEMPO: 9 HORAS



                                           "Levantate, coje tu lecho y anda"
                                                  -El Evangelio según San Juan, 5:8-


Lunes 4 de junio a las 6 de la mañana.

A esa hora abandonaba el convento de la Madres Concepcionistas donde la noche anterior había hecho morada y salí de el con las alforjas llenas gracias a la caridad de las monjas que lo regentaban.
No tuve tampoco ningún problema para encontrar el camino, pues este pasa justo delante de la fachada del convento, así pues comenzaba la ultima etapa que realicé en esta escapada en solitario.

Siguiendo calle abajo, pronto se llega a las ultimas casas del pueblo, se percibe un olor característico e intenso que nos indica que estamos próximos al matadero municipal, donde poco mas adelante se acaba el asfalto y se continua el camino ya por tierra. El terreno es totalmente llano y el firme es suave, esta circunstancia es aprovechada por algunos ciclistas de avanzada edad para la practica de este deporte, tal y como vi a algunos de ellos.
                                                                                                                                                                         


Arroyo de las Viñas
  Al cabo de unos 2 kilómetros aproximadamente se llega al arroyo de la dehesa de las viñas, que se puede apreciar mucho antes de llegar a el gracias a la planitud del terreno y a la linea de arboleda a lo largo de su cauce, arroyo este que se puede cruzar por su paso sin ningún problema.




Después de cruzar el arroyo, se camina entre dos alambradas que delimitan numerosas fincas dedicadas a los cultivos de cereal y pasto para ganado. Aproximadamente a unos 2km. estos cultivos van dejando paso a grandes manchas de encinar, para después llegar a una pequeña granja con un gran silo metálico que nos encontramos a nuestra derecha, es aquí donde hay que tener especial cuidado pues dejamos el camino principal para tomar otro mas estrecho hacia la derecha  que esta bordeado de juncos, estos nos indican que a poco se llega a otro pequeño arroyo llamado "del cohete", también se cruza sin dificultad.


Arroyo del cohete

 

Continúo la marcha durante un buen tramo de camino y observo ahora un encinar que a diferencia de los que había dejado atrás,a  este se les había dado una buena poda dejando un buen "clareo" entre ramas.
                                                               Durante este trayecto, merced a la planitud del camino y al buen estado de este, me había cruzado con numerosos ciclistas en ambas direcciones, este transito humano, mitigaba en cierto modo la sensación de soledad que sentía, después pasé junto junto a dos obreros que estaban poniendo a punto una enorme cosechadora para la recogida del cereal, platiqué un poco con ellos, recavando información sobre las distancias y senderos que debía recorrer, ese iba a ser mi ultimo contacto humano hasta mi llegada a Monterrubio. Después  me coloqué los auriculares y me puse a escuchar música seleccionada cantando a viva voz ("el que canta su mal espanta"), poco me importaba que las canciones fuesen en francés, ingles,portugués o latín, estaba solo y nadie me oía, aunque tampoco me hubiese importado, seguramente me tomarían por un "guiri descarriáo".




Media hora de caminata mas tarde alcancé una estrecha carretera de asfalto donde una doble señalización indicaba las dos opciones de dirección, en  el caso de realizar el camino a pie o en bici, en mi caso cruce la carretera y continué de frente durante media hora mas, momento en el que hice un alto en mi marcha para dar habida cuenta de las viandas que las monjas me suministraron al amanecer.Tal vez sea por ese acto de misericordia religiosa que tuvieron conmigo, por lo que al comenzar a comer me vino a la cabeza aquella cita Eucarística que pronuncian los curas en misa poco antes de comulgar: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa pero una palabra tuya bastará para sanarme" ( Mateo 8, 5-13 ). Es de estas frases que sin saber ¿por que?, se me quedan grabadas en la cabeza cuando excepcionalmente acudo a alguna misa de difuntos, desgraciadamente cada vez mas a menudo.¡¡ Joder, menuda parrafá!!.

"Del mismo modo y acabada la cena, tomó el cáliz...." ¡¡ Otra vez!!

Repuestas las energías, continuo caminando y al cabo de unos 3 km. mas, llego a la  ruinosa estación de tren de Almorchón,cuya linea ferroviaria aún esta en uso, pues poco después de cruzarla pasó un tren por allí, después sigo un largo tramo por un sendero medio perdido pero en el que te encuentras con las señales amarillas pintadas el una alambrada a la derecha.




Río Zujar
 Paso junto a otra estación de tren para poco mas adelante encontrarme con el río Zujar que tuve que cruzar buscando un sitio estrecho en su cauce e improvisando un camino de piedras que construí para no descalzarme ya que de nada hubiese servido al llevar los pies vendados.

Fue en este punto donde cometí el fallo de continuar ni camino bordeando la orilla del río buscando un puente para cruzarlo de nuevo, tarde cerca de una hora en percatarme de mi error, en darme cuenta de que siguiendo el sinuoso recorrido de su cauce, describiría una amplia curva en la que no vi puente alguno, enmendé mi equivocación alejándome del río en linea recta y campo a través hasta que topé con un cercado de alambre en cuya puerta vi pintada para mi alivio una flecha amarilla. Desgraciadamente,esta equivocación la tuve durante las horas de mas calor del día.
Continué caminando ahora en ascenso con cuidado de no volver a perder de vista las señales, estas me guiaron hasta la cumbre de una loma en donde había (según me he informado que se llama) un calvario de granito junto una cruz encalada, desde ese punto elevado la vista era magnifica pues se podía ver el meandro que describe el río Zujar y al fondo toda la dehesa que había cruzado para llegar hasta aquí.








Ermita Virgen de las Alcantarillas
También desde aquel promontorio, alcanzaba a ver sobre otra loma la ermita de la Virgen de las Alcantarillas y me dirigí hacia ella ahora en bajada donde se llega primero a la carretera A-3280 a la altura de un cruce de caminos donde para visitar la ermita hay que ascender de nuevo por un carril de tierra, pero decliné esa opción por el retraso de tiempo acumulado,a la escasez de mis reservas hidrologicas y al cansancio físico en aumento. ¡Queria terminar ya esa etapa!, y desde el punto donde me encontraba, aún quedaban 8km.mas hasta Monterrubio, así pues caminé por el arcén de la carretera donde tras unas primeras curvas iniciales enfilé una larguisima y desesperante recta que se perdía en el horizonte. en esta recta se encuentra el limite fronterizo entre Andalucia y Extremadura.



Tenía muchisima sed, tanto que valoré la opción de hacer auto-stop a los pocos coches que circulaban a esas horas, me propuse reservar mi ultimo y caliente trago de agua para cuando avistase el pueblo, cosa que ocurrió a la salida de una curva hacia la derecha, me acurruqué en el interior de una gallumba al borde de la carretera y acabé con toda reserva de agua.

















 Afortunadamente, ya estaba en el pueblo, me adentré en el pero a esa hora (las tres de la tarde ),no había un alma por la calle, tuve que dar el alto a una patrulla de la guardia civil para que me indicasen donde encontrar un bar abierto, el sargento me condujo hasta la cafetería "MANHATTAN". Desde aquí hago referencia a modo de publicidad de esta cafetería en agradecimiento su camarero, no es que me atendiese sino que me AUXILIÓ en gran medida. Mi mas sincero agradecimiento a Ulpiano que así se llamaba el amigo, alias "El Flecha" como gusta que le llamen. Gran aficionado al senderismo, me contó que había realizado el camino de Santiago varias veces, yo le hice saber de mi proyecto y el esfuerzo realizado ese día en especial los últimos 8 km. de asfalto ¡¡los peores hasta ahora!!, Ulpiano "El Flecha" me dijo que como yo, todos los que han realizado mi misma ruta opinan lo mismo sobre este ultimo tramo.
Muchisimas gracias Flecha, un grato recuerdo.

Busqué alojamiento en cuanto llegue al centro de población, me indicaron que preguntase en la casa del cura y este me ofreció pernoctar en el salón parroquial situado en los bajos de su casa.  La estancia allí no ofrecía comodidad ninguna, un colchón sacado del cuarto de contadores con manchas y olor a humedad colocado sobre la tarima del escenario, aseo y baño sin puertas que daban directamente a la puerta de la calle, ni papel, ni jabón, ni toallas...nada. Para colmo, el cura me "informó" que es un servicio gratuito pero que normalmente el peregrino suele dejar "la voluntad" en horario de misa a la que debía de acudir si quería que me sellase la credencial. Coacción, nada que ver con el trato recibido la noche anterior en el convento de Hinojosa. Pero...¡ Es de bien nacidos ser agradecidos!

Pero no acabó aquí mi "encontronazo" con la autoridad eclesiástica local, pues cuando acudí al acto religioso...,mejor lo cuento en un aparte en este relato (todo real) que lleva por titulo:
                                          Si no sabes torear, ¿ pá que te metes?

A las ocho y media de la tarde, hora de misa como dijo el cura, ahí estaba yo como un clavo. Me situé en uno de los asientos centrales en el lado derecho del pasillo,solo, notaba las miradas curiosas de un grupo de señoras mayores que iba en aumento conforme pasaban los minutos. ¡Menos mal! que el día anterior, lavé a conciencia uno de los dos pantalones que llevaba y una camiseta en el convento de las monjas, por lo que pude ir medio en condiciones a aquel lugar, a excepción de las botas polvorientas de cuatro días de camino.
Cuando hubo un considerable numero de asistentes en la iglesia ( señoras en su mayoría), una viejecita de rostro seco sentada en solitario justo delante mio, comenzó a recitar una serie de oraciones de forma mecánica y acelerada que me costaba entender lo que decía, tampoco ponía yo empeño en ello y menos aún cuando el resto de las viejas oraban también mecánicamente y no muy acompasadas unas de otras.
Poniendo un poco de atención, pude entender de que iba la cosa.
 La señora  delante mio diseccionaba unos "misterios"  que también enumeraba, acto seguido el resto de la parroquia repetía varias veces el mismo rezo para que después la vieja solitaria describiera otro misterio un numero mayor que el anterior. Temí que se fuese a quedar sin respiración pues no hacía pausa alguna en sus rezos, así que me acerqué discretamente un poquito mas a ella, preparado para sujetarla en caso de desvanecimiento.
Pasaba ya media hora y la misa no tenía visos de empezar, entendí que no comenzaría hasta que aquella señora y el resto a coro, no acabasen. Me dieron ganas de preguntar ¿cuantos misterios eran? y si ¿han resuelto alguno?
Corría el 5º "misterio" cuando apareció el cura sin sotana encendiendo algunas velas, se acercó y me dijo que le acompañase a la sacristía para sellar la credencial, una vez allí se sentó junto a una mesa y estampó el sello de la parroquial en la cartilla mientras me preguntaba sobre mi procedencia y el camino andado ese día, se me olvidó por completo dejar propina por lo que el cura se demoró a propósito en devolverme la cartilla, cuando caí en la cuenta de que en realidad lo que estaba esperando el párroco era el "pago" por la estancia recibida, busqué en mi cartera y dejé sobre su mesa un billete de 5 €, le dí las gracias y me dispuse a ocupar de nuevo mi sitio en misa, el cura cogió el dinero y mientras lo guardaba en un cajón, con tono socarrón y separando las silabas me dijo: Muchas gracias, GE-NE-RO-SO.
Yo sé el valor de 5€ y depende para lo que sea puede resultar mucho o poco, pero después de haber sido alojado y recibido el magnifico trato de las monjas el día de antes, a estas las gratifiqué con 10€, por lo que mi conciencia me impedía dar igual ó mas cantidad económica por mi estancia en el salón parroquial.
Y de conciencias, los curas saben una "jartá", creo.

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Aquí puse fin a este periplo de cuatro días y 132 kilómetros de andanza en solitario,viaje duro pero que se disfruta y se reflexiona, viaje interior también.
Al día siguiente, vuelta en autobús hasta Córdoba y de allí en tren a Almeria , mirar el calendario y preparar nueva escapada.