martes, 22 de enero de 2013

ETAPA 25: CAÑAVERAL - GALISTEO 28 km.


                                                
TIEMPO: 9 HORAS
DIFICULTAD: NINGUNA (Sin lluvia)



                                                     La lluvia muere 
                                                     en charcos por la tierra.
                                                     Pero en tus ojos sigue la vida presa.
                                                                       Agustín García Calvo
                                                    


17/11/2012
Antes de dejar la pensión en la que había pernoctado, compartí desayuno con un grupo de cazadores que se disponían a dar una batida, estos me indicaron por donde continuar mi camino, debía subir el Puerto de los Castaños y atravesar la sierra a cuyo pie se ubicaba el pueblo, e incluso me aconsejaron rutas alternativas para no tener que subir por un tramo en cuesta muy pronunciada y donde podía encontrar fuentes de agua. Muy amables todos.

Se circula por la carretera nacional 630 que atraviesa el pueblo hasta una glorieta y se continua por dicha carretera unos 200 m. mas para después tomar un camino de tierra hacia la izquierda hasta la ermita de San Cristóbal.










 Respetando las señalizaciones, camino por un sendero algo mas estrecho unos pocos metros mas, me topo con la fuente de la república, una de las que me habían descrito los cazadores, en ella repongo líquidos para continuar.




   Mas adelante alcanzo la empinada cuesta de la que me advirtieron, efectivamente, hay un carril hacia la izquierda  mas llano pero también mas largo (ideal para los ciclistas) que evita esta pendiente,  yo que iba a pie la afronté, el tramo es mas corto y esta señalizado.





 Una vez coronado se alcanza el Puerto de los Castaños y el camino sigue en un agradable paseo entre pinos y alcornoques.






 En la bajada del puerto, el sendero converge con una pista asfaltada en muy precario estado que termina uniéndose con la carretera EX-371 frente a un club- restaurante.
Haciendo caso de las indicaciones, paso junto a su fachada y cruzo una verja para continuar después en un recorrido llano entre alcornoques.




El día poco a poco se fue cerrando en nubes y comenzó a llover de menos a mas, lo que me obligó a refugiarme bajo el puente de una autovía cercana, me pertreché con un impermeable y continué mi andanza, pues no podía esperar a que escampase, que al cabo dejó de llover pero después continuó lloviendo de forma intermitente durante todo el día.


 Al pasar junto a una rotonda de la que surgía una carretera hacia el este, me encontraba mas o menos a la altura de la población de Grimaldo, pero yo continué por el  sendero cada vez mas embarrado, con la hierba muy corta que lo hacia muy resbaladizo.
  Aún con todas estas circunstancias e inclemencias meteorológicas, la jornada estaba siendo muy de mi agrado. Ahora el camino coincidía con el de una calzada romana, franqueado por dos alambradas.

 

A mi izquierda instalado sobre un repecho de un cerro, paso junto a un observatorio de aves, en el cielo planeaban una gran cantidad de buitres. Estuve un buen rato camuflado en medio de una retama cámara en mano obserbando sus acrobacias e intentando obtener una buena instantánea pero con su agudeza visual se percataron de mi presencia y no se acercaron lo suficiente.

 No demoré mas mi paso y de nuevo me puse en marcha. Comenzó otra vez a llover, este agua del cielo alimentaba las charcas construidas como bebederos para el ganado vacuno.





Dejando atrás el pequeño bosquecillo, el camino cruza una verja metálica cerrada con candado, a la izquierda de esta hay otra verja abierta señalizada como ruta alternativa. Al consultar mis papales impresos bajados de Internet, leo que el propietario de la finca por la que pasa el camino, mantiene un litigio con la Junta de Extremadura por el paso de peregrinos por su propiedad y por este motivo se ha habilitado la otra ruta que conduce al peregrino a pasar por la localidad de Riolobos.

  Es un paseo de 4 km. por una ancha pista en la que encuentro a mi paso varios conductores de tractor que certifican que estoy en buen camino.
La lluvia arrecia cuando entro en Riolobos y me resguardo en una casa en obras ( lo primero que encuentro), allí aprovecho para comer pasadas la tres de la tarde.




Después la marcha hacia Galisteo es fácil, tan solo seguir por la carretera de esta localidad durante 9 km., los últimos metros de esta etapa se afrontan por una larga recta en cuesta y se ve despuntando la aguja del campanario conforme nos acercamos.





Ya en lo alto de esta cuesta me sorprende la belleza de este pueblo con su muralla de origen Almohade al mismo tiempo que la lluvia vuelve a apretar. Las primeras construcciones son granjas agrícolas y ganaderas cercadas en las que pastan algunas reses bravas que me impresiona verlas demasiado cerca. 



Llego hasta la misma puerta de la muralla pero un cartel me indica que el albergue esta extramuros y decido visitar el pueblo mas tarde.











Localizado el albergue me abre sus puertas Jon (Juan), peregrino rumano que había llegado media hora antes. Poco después llegó Irina (Polaca) que conocía a Jon pues ambos habían coincidido en el albergue de Grimaldo el día anterior pero que hacían el camino por separado.

Tras asearme, esperé a que Irina lo hiciese también pues ambos teníamos intención de acercarnos intramuros del pueblo. Ayudé a Irína y su limitadísimo conocimiento del castellano para buscar una tienda de comestibles y a comprar en ella.

 De vuelta al albergue entablé conversación con Jon, me pareció una persona inteligentísima, dominaba el idioma español aunque con dificultad en los tiempos verbales, era profesor de geografía etnológica allá en su país y había realizado el camino de Santiago en 8 ocasiones por distintos itinerarios. Cuando me dispuse a preparar la etapa para el siguiente día me dí cuenta de que había perdido los papeles con toda la información que tenía preparada para todos estos días de camino, Jon muy amable me ofreció una guia de la Vía de la Plata para que la fotografiase y tomase apuntes sobre números de teléfonos de los albergues y rutas que me restaban para llegar a Salamanca. MUCHAS GRACIAS JON.
También Jon (Juan, como yo lo llamaba) tenía muchos conocimientos futbolisticos, deporte del que era un apasionado en especial del Real Madrid, admirador de su historia y en especial del jugador Alfredo Di Stefano. La casualidad hizo que esa noche diesen en diferido por MARCA TV el partido Real Madrid frente al ATHLETIC DE  BILBAO (equipo del que soy aficionado), el albergue contaba con una pantalla de televisión por lo que pudimos seguir el encuentro, bromeando con la rivalidad de ambos equipos, pasamos un buen rato antes de irnos a descansar.


  Por cierto, aquel partido acabó con un Real Madrid 5 - Ahletic Club de Bilbao 1.

 ¡¡ MIERDA, JODER!!


Remix.










miércoles, 9 de enero de 2013

ETAPA 24 : CACERES - CAÑAVERAL 43,6 kms.






TIEMPO: 9, 30 HORAS.
DIFICULTAD: MEDIA. ( demasiados kms.)



                             
                                                                   INTRODUCCIÓN

A mediados del mes de noviembre, tuve unos días de vacaciones sin previo aviso, para aprovecharlos pensé en salir de nuevo al camino. Dicho y hecho. Pedí permiso a mi familia he hice una planificación de las rutas desde Cáceres hasta Salamanca, 218 kilómetros en ocho días.
También estaba el tema climatológico ya que hasta ahora no había realizado ninguna atacada al camino en estas fechas y en las latitudes por las que pensaba viajar suponía llevar carga extra en ropa de abrigo.
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                                     ...que cuando hago las maletas me siento bien,
                                                         aunque reconozco
                                                          que no se qué
                    me entra por dentro cuando pienso que me marcho y que te pierdo.
                                                                               -Ave fénix-
                                                                               El puchero del hortelano




El jueves día 15 de noviembre me desplacé en tren hasta Cáceres en un trayecto de 13 horas para después alojarme en su albergue municipal donde pernocté.

 A la mañana siguiente día 16, me puse en marcha con todos los bártulos a cuestas y cargado también de ilusión ante la espectativa de lo que me deparasen  estas ocho jornadas de camino.
Para no complicarme mucho en la salida de Cáceres recorriendo sus calles, enfilé toda la avenida de las delicias en dirección a la plaza de toros, lugar este desde donde partía la carretera hacia Casar de Cáceres.

Amanecer en Cáceres
















Frente a la plaza de toros y en su propia pared encuentro las primeras señales que me indican el camino a seguir por un paseo peatonal central que separa la carretera a Casar en dos direcciones, dejando atrás un monumento-homenaje a las lavanderas.





                Después se continua esta carretera donde se alcanza una glorieta para seguir en la misma dirección en una larga recta. Aproximadamente a unos 3 kilómetros hay un desvío señalizado hacia la izquierda, este sendero de tierra transcurre paralelo entre una alambrada y la carretera, me lo encontré embarrado pero aún así lo preferí a circular por el estrecho y peligroso arcén del asfalto.






 Se cruzan varios pequeños arroyos sin ningún problema pues el caudal de agua es escaso, cuando este es mayor, ayudan a vadear estas aguas unos cubos de granito colocados a tal efecto.




Casar de Cáceres

 3,5 km. mas se pasa bajo la autovía A-66 y el sendero se hace mas ancho y llano donde se alcanza Casar de Cáceres tras recorrer 11,4 km.




 Llegué a esta localidad muy temprano ( 10:30 horas), me asaltó la duda si quedarme aquí o continuar hasta Cañaveral lo que suponía andar unos 33 kilómetros mas, ¡mucha distancia para una sola jornada! Al fin decidí seguir caminando por aprovechar el esplendido día que hacía, meteorologicamente hablando.
Pero antes paseé un poco por el pueblo y compré una de sus famosas tortas de Casar que tanta fama tienen, se tratan de unas tortas rellenas de queso de un olor muy profundo pero que son muy energéticas.



Para salir del pueblo basta con enfilar su larga Calle Alta, principal arteria de esta localidad que la atraviesa de punta a punta, pasando junto al ayuntamiento y el albergue, uno frente al otro. Ya al final de esta vía y como referencia de salida se encuentra la ermita de Santiago.




A partir de este punto el camino se hace ancho y cómodo,bordeado por balates de piedra, por el también circulan vehículos en su mayoría de uso agrícola. El paisaje es muy bonito,aún con el otoño bien avanzado.

Para alguien de secano como yo,resulta muy agradable ver las grandes extensiones de prado cubiertas de verde y totalmente florecidas donde pastan hasta hartarse los ganados vacuno y lanar.



Tras 7 km. desde que abandoné Casar, me encuentro con una bifurcación sin mayor problema pues en una de las direcciones (derecha)esta cerrada por una verja, pertenece a una finca privada "La Higuera", así que continuo por la de la izquierda, avanzando unos pocos metros me encuentro con dos miliarios colocados uno muy cerca del otro (extraño).

Mas adelante encontré una enorme "lastra"  de granito sobre la que se habían colocado una gran cantidad de piedras, ignoro el  por qué, supongo que algún peregrino colocó una piedra a su paso por aquí y los demás han copiado ese gesto como borregos... yo también.





El camino ahora no es tan ancho y transcurre por parajes abiertos entre retamas.
A mi izquierda y en la orilla misma del sendero paso junto a una concentración de miliarios, no sé exactamente si fueron almacenados o fabricados allí.



Erosión en roca de granito por acción animal
Durante este tramo  hay que abrir y cerrar varias puertas pues se atraviesa por numerosas fincas ganaderas, en una de ellas me sorprendió ver una enorme bandada de buitres leonados (gips fulvus), apostados frente a un corral de cabras, levantaron el vuelo nada mas verme, con tal rapidez que no me dio tiempo de preparar la cámara de fotos, una lastima, siento pasión por estos bichos y por las rapaces en general.





 Pasadas las 15:00 horas, hice una breve pausa para comer en la cresta de una loma desde donde visualizaba en embalse de Alcántara a lo lejos, llevaba bastante retraso y para colmo poco después de reanudar la marcha, topé con unas obras que cortaban literalmente el camino en un abismo.Tras preguntar a un operario de la obra, ¿ por donde continuar?, este me indicó un desvío por la izquierda algo mas de 1km.para incorporarme de nuevo al sendero y así salvar en corte producido por las obras de una linea del AVE.








Solventado este revés, ahora  el camino se convertía en un desdibujado y angosto sendero con muy mal firme y en un continuo sube-baja paralelo a la carretera nacional 630 que para  los que hacen el camino en bici, es el itinerario a seguir, pues por el camino es practicamente imposible.
 



Embalse de Alcántara


En las cercanías del embalse de Alcántara, el camino converge con la carretera pues para cruzar los puentes sobre los ríos de Almonte y Tajo hay que hacerlo a través de esta. La imagen del embalse desde estos puentes es espectacular.







En el propio embalse hay un albergue para peregrinos, hice una llamada para ver si se encontraba abierto, mi interlocutor al otro lado de la linea me informó que estaba cerrado por fuera de temporada y que el alojamiento mas próximo estaba en Cañaveral a unos 15.5 kilómetros mas adelante, me facilito el teléfono de un taxi pues a las cinco y media de la tarde en noviembre quedaban pocas horas de luz solar, tomé nota pero continué andando para atravesar el puente del río Tajo y avancé un poco mas  hasta el cruce con un desvío de tierra por la izquierda que bajaba hasta la misma orilla del embalse donde se encontraba un club náutico, totalmente agotado paré a descansar en este cruce.
















Después, seguí caminando por el asfalto mientras hacía auto-stop (es mas barato que el taxi), circulaban pocos vehículos hacia Cañaveral pero tuve suerte pues al 4º intento, paró una furgoneta conducida por un muchacho joven que se ofreció a llevarme, la parte atrás iba cargada con materiales de fontanería y construcción. Durante este trayecto rodado (unos 7 km.) el joven me informó que Cañaveral no había albergue por lo que al llegar al pueblo me dejó frente al hostal Málaga, único alojamiento disponible. Allí me alojé pasadas las siete de la tarde, sin luz diurna y muy cansado no quise dar una vuelta para ver el pueblo. Situado al pie de una sierra, fuera hacia frío. Cerré la ventana y metido en la cama le eché un vistazo a la etapa del día siguiente: Cañaveral - Galisteo, 28 kilómetros.

En resumen :