miércoles, 29 de enero de 2014

ETAPA 47: PEDROUZO - SANTIAGO DE COMPOSTELA 20 KM.




DIFICULTAD: NINGUNA
TIEMPO: 4.30 HORAS (+ 1 hora a la Praza do Obradoiro.)


                                                            Es mas importante el camino
                                                            que donde acabas llegando.
                                                                   - Decir- El Puchero del Hortelano.


13 de Octubre de 2013.

Llegó el día, en el que llegaría por fin a Santiago de Compostela.


Esa jornada comencé el recorrido por la arteria y calle principal de Pedrouzo para salir del pueblo junto a las naves industriales por las que entré el día anterior. Frente a estas naves surge un sendero que se interna en un bosquecillo de eucaliptos. A poca distancia, unos 1,3 kilómetros se atraviesa la pequeña aldea de San Antón y se continua a través de otra mancha vegetal donde los carballos se mezclan entre los eucaliptos.



Poco a poco, se va saliendo de entre la espesura que va quedando al margen derecho del camino, mientras que por el lado izquierdo nos vamos encontrando con grandes campos de cultivos mientras nos aproximamos a la población de O Amenal.
También nos vamos acercando a la carretera nacional 547 hasta cruzarla a su nivel, hasta aquí hemos caminado algo mas de 3,5 km. desde el principio de esta etapa.
Comienza ahora una repentina subida durante escaso medio kilómetro por una pista forestal para alcanzar las pocas viviendas que forman la aldea de Cimadevila, aquí acaba la jurisdicción del Concello de O Pino y comienza el municipio de Santiago.






Continuo en ascenso por la misma pista lo suficientemente ancha como para que puedan circular vehículos. Me dirigía directamente al cercano aeropuerto de Santiago, como lo atestiguaron las enormes siluetas de varios aviones emergiendo de entre los pinares.
El camino de tierra da un giro de 90º a la derecha y continua hasta una enorme rotonda en la que confluyen las carreteras N-547, N- 634 y la A-54, autovía Santiago- Lugo. En este punto encontré un elaborado monolito de bienvenida al Concello de Santiago.



El sendero rodea parte del perímetro del aeropuerto. La valla metálica que lo delimita se encuentra adornada con multitud de cruces realizadas con  ramas que los peregrinos han ido entrelazando a su paso por aquí.



Se cruza una carretera secundaria que también rodea el aeropuerto y se toma un desvío a la izquierda que lleva a la cercana aldea de San Paio. La iglesia de esta localidad ofrece al peregrino sellar la credencial para los que quieran adornarla mas, por mi parte pasé de largo, bastantes estampados tenía ya en mis dos cartillas casi repletas.






Sigo hacia delante un par de kilómetros mas hasta la parroquia de Lavacolla, paso frente a la fachada gris de la iglesia de San Pelayo rodeada por un curioso y gris cementerio.







Posteriormente cruzo la carretera nacional 634 y me dirijo a siguiente población, Vilamaior distante a 1,5 km. donde a la entrada de este núcleo hay un larguisimo corral de vacas por cuya fachada y lateral de este se recorre la practica totalidad del pueblo.



Luego dejando atrás las últimas casas de la aldea, sobreviene una larga recta por donde se pasa frente a las instalaciones  de la Televisión Gallega (TVG) y posteriormente tras una curva a la izquierda, aparecen las de RTVE de su centro territorial distantes 1 km. entre ambas.



Otra larga recta para llegar a la población de San Marcos por cuya calle principal se va ascendiendo para culminar en el cercano Monte do Gozo.



En la cima de esta pequeña elevación del terreno se erige una escultura conmemorativa de la visita del Papa Juan Pablo II en el año 1993 ( año santo Xacobeo). Desde este punto dí vista a las torres de la Catedral de Santiago y a una amplia panorámica de la ciudad, distante tan solo 5 kilómetros.


Bienaventurados los que alcanzan la cima
       porque será cuesta abajo el resto del camino. 


Volviendo al camino, ahora lógicamente en descenso por el mismo carril asfaltado, a mano izquierda paso frente al vallado del albergue de peregrinos y me decido entrar en el con la intención de estampar en mi credencial el penúltimo sello para conseguir la Compostelana. El enorme albergue está dividido en numerosas calles con grandes barracones a ambos lados, sin embargo lo encontré cerrado, en la cafetería situada en el mismo recinto se me informó que aun quedaba hora y media para que abriese. 


Pues ¡Que le den al sello! Pensé... tengo de sobra,  y continué cuesta abajo, para acto seguido bajar unas escaleras de piedra junto a un grupo de casas y hacer entrada a la ciudad cruzando sobre el puente de San Lázaro que salva una autovía y posteriormente las vías del tren.





¡Por fin, Santiago de Compostela!, vi una señal de tráfico de bienvenida a la ciudad en una redonda al lado mismo de una escultura conocida como la puerta del peregrino. De quien primero me acordé fue de mis compañeros con los que comencé esta aventura y que me sirvieron de lanzadera para que después la continuase y terminase ahora en solitario. A una joven viandante le pedí que me hiciese una foto en este punto para enviarla por whatsapp a todos ellos,                 ( Salvador, Mari, José Jofré, José Peralta, Imna, Puri, Juanjo, Gabi, Juan, Eduardo, Beavic y Beatriz Campoy), integrantes de aquella primera etapa que comenzó allá por el 22 de mayo de 2011. Mil gracias a cada uno pues sin ellos no me hubiese sido posible recorrer los aproximadamente 1.258 kilómetros distantes de El Ejido hasta aquí.

¡¡Gracias compañeros!!

 


 Tuve de caminar un kilómetro mas por distintas avenidas y calles de Santiago para culminar este trayecto en la supervisitada Praza do Obradoiro y contemplar la majestuosa fachada de la Catedral a pesar de que se encontrase la entrada principal cubierta por unos andamios a causa de unas restauraciones que se estaban realizando y que obligaban a peregrinos y visitantes en general a acceder al interior de la Catedral por una puerta lateral.








Había mucha actividad en las inmediaciones y calles adyacentes a la Catedral, un transito constante de turistas y peregrinos. Como punto de encuentro, me alegré al encontrarme con algunos de los peregrinos con los que coincidí en algunas de estas últimas etapas y con los que entablé amistad, me saludaron a cierta distancia los italianos cachondos, siempre de buen humor. Tuve un cordial abrazo con Alessio, le pregunté por Sonia a la que no vi. Y charlando con un músico callejero me encontré con los gallegos José y Belén, que fueron los que me recordaron que debía sellar en la oficina del peregrino para cumplimentar el trámite para obtener la Compostelana, con la emoción de la llegada lo había olvidado por completo.

Acompañado por ellos camino a esta oficina, ¡oh, sorpresa! coincidimos con la joven pareja israelí Thomas y Anna, volviéndonos a reunir todos los que coincidimos en la misma habitación del albergue de Trabadelo, en la primera etapa que partí desde Ponferrada en esta  mi última escapada.  

José, yo, Thomas, Anna, Belén y una peregrina amiga.



 

Ya en la atestada oficina del peregrino guardé cola para que me diesen la Compostelana, bonito titulo expedido en latín que se le otorga a todo aquel que realiza la perenigración en el Camino de Santiago.


 
Y en una oficina de consignas cercana me desembaracé del peso de mi mochila y bastón para visitar mas cómodo y ligero el interior de la Catedral, recorrer las céntricas calles y plazas de Santiago y darme un buen homenaje gastronómico por el logro conseguido.





  
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Santiago de Compostela

( Suplemento  turístico Con pan y vino... )


 ‘¡Adiós!' ...Cuando vuelva, si vuelvo, todo estará donde estaba: Los mismos montes negros y las mismas alboradas, del Sar y del Sarela mirándose en las aguas; los mismos verdes campos, las mismas torres pardas de la catedral severa oteando la lontananza...
                                                                   Rosalia de Castro.



Ocupé el resto del día tomando imagenes y satisfaciendo algunas curiosidades paseando en torno a la catedral, por plazas y calles adyacentes antes de retirarme a descansar al albergue.

Huertos urbanos junto a la Rúa do Valiño.

Vista desde Rúa de San Lázaro. Al fondo, el monte Gaiás
con la silueta arquitectónica de las paralizadas obras
de la Ciudad de la Cultura de Galicia


Plaza de Cervantes.


En ascenso por la Rúa das Casas Reais.












Junto a la fachada románica de la  Catedral
se encuentra la Praza das Platerías , cercana a esta se
ubica la oficina del peregrino, donde se expide la Compostelana.







Torre del reloj en la Praza de Quintana,
antiguo cementerio.











Praza do Obradoiro y fachada principal de la Catedral.



















Altar Mayor
 El Santo





















Botafumeiro


Precioso el órgano.















Tumba del Apóstol.













Rúa do Vilar.







¿Que es Galicia sin lluvia?




Una buena cena y a la cama.

Cuatro días después volví a Santiago en mi regreso a casa, dispuse de unas horas antes de coger mi tren, para hacer tiempo di unos cuantos paseos  admirando  de nuevo esta ciudad. Me entretuve grabando los alrededores de la Catedral en  "plano secuencia" con sus sonidos originales. 



 

viernes, 10 de enero de 2014

ETAPA 46: ARZUA - PEDROUZO 19,1 KM.



DIFICULTAD: NINGUNA.
TIEMPO: 5 HORAS.


  No dejo rastro ni huella
Por no ser ni soy recuerdo
Yo paso haciendo silencio
sin ser esclavo del tiempo
                                                                                -Andar- Cecilia.

Sábado 12 de Octubre de 2013

Me restaban tan solo 40 kilómetros escasos para completar mi peregrinaje a Santiago de Compostela, facilmente podría haberlos "liquidado" en esta etapa, pero quise recorrer esa distancia en dos jornadas para así poder llegar a Santiago con tiempo suficiente para disfrutar tranquilamente de la llegada, hacer turismo por sus calles o a lo que se presentase. Me sobraba tiempo y días vacacionales.Es por eso por lo que me planteé ese día en plan de relax.
No ocurría lo mismo con mi compañera Sonia, que andaba justa de tiempo y que debía completar el camino cuanto antes y volver a Madrid.

 De modo que a muy temprana hora nos pusimos en marcha transitando por las calles de Arzua en compañía de otros peregrinos con dirección hacia la aldea de Preguntoño, pasando primero entre huertas y prados de pasto para el ganado y después a través de un espeso bosque. Al cabo de algo mas de 2 kilómetros alcanzamos Preguntoño, aún sin la luz diurna necesaria para captar imagenes paisajisticas.
 

Las primeras luces del día  las obtuvímos cuando interceptamos la N-547, pero fue solo rozarla  pues el sendero se aleja de inmediato del asfalto hacia la derecha y de nuevo volvimos a transitar entre prados y campos de maíz ya recolectados. Así, a 1 km. mas, se llega a la aldea de A Peroxa.



La masa forestal que se atraviesa ahora es de largos y rectos eucaliptos por cuyos troncos trepa la pertinaz hiedra. En este tramo nos encontramos con el mojón que marca los 30 kilómetros que restan para llegar a Santiago, Sonia se empecinó en fotografiarse junto a estos hitos cada diez km. desde que a la salida de Melide encontrásemos  el de los 50 kilómetros.









Superado el tramo boscoso sobreviene A Calzada (última aldea del Concello de Arzua) y A Calle        ( primera del Concello de O Pino).



 

1,5 km. mas por pista llegamos hasta la diminuta (como otras muchas) aldea de Boavista, y 2 km. mas adelante recorremos Salceda por el arcén de la omnipresente N-547. Esta población de casas muy dispersas a ambos lados de la carretera cuenta con varios albergues privados, bares, tiendas y farmacia al servicio del viajero. A nuestro paso por aquí, nos encontramos con un nutrido grupo de peregrinos japoneses o coreanos ??, haciendo buen uso de uno de los bares.


Cruzamos la carretera frente a un concesionario de tractores y maquinaria agrícola para cambiarnos de arcén y desviarnos a la izquierda para marchar ahora por un tramo arbolado y de continuas subidas y bajadas muy pronunciadas que suponían un verdadero suplicio para las maltrechas rodillas de mi compañera Sonia, que por no abusar de las pastillas que la mantenían "dopada" y que le aliviaban el dolor, llevaba sufriendo ya varias horas, aún así no perdía el ritmo de la marcha, pues la técnica adquirida de caminar hacia atrás para alivio de sus dolencias, era imitada cada vez mas por otros peregrinos.

                                                

                                            ♪ ♫  ... Un pasito p´alante, María
                                                       un pasito p´atras...♪ ♫

 Yo por mi parte también acarreaba varios kilómetros con un dolor punzante en la zona lumbar, merced al exceso de carga que llevaba desde el avituallaje de Arzua ( 6 latas de cerveza de 500 ml.) Sonia llevaba la comida para repartirnos el peso.
Recorrimos algo mas de 4 km. pasando por las aldeas de Ras y A Brea, teniendo que cruzar varias veces la carretera a ras de asfalto y por túneles subterráneos, para llegar a la localidad de O Empalme.


 A la entrada de esta hay una zona de descanso pegada a la nacional con varios bancos de piedra junto a un curioso molino de viento, donde decidínos Sonia y yo hacer un alto para "aligerarnos" la carga de la espalda y meter esa carga en mejor "despensa".
En otros bancos adyacentes descansaban también mas peregrinos mientras que otros muchos pasaban junto a nosotros saludando sin detenerse.
 -¡Que aproveche!,- ¡Gracias, buen camino!
- ¡ Bon appétit!, - ¡Gracias, buen camino!
-¡Buon appetito!,- ¡Gracias, buen camino!
- ¡좋은 식욕!.- ¿... Que coño ha dicho ese tío?

Uno de esos peregrinos fue el italiano Alessio, que se detuvo e invitamos a comer y a unas birras, era un tío agradable, muy educado y noble, respondía con mucha timidez a las bromas jocosas por parte de Sonia y aunque hablaba perfectamente en español, le suponía mucho esfuerzo entender mi cerrado acento andaluz.
Alessio igual que Sonia realizaba el camino de Santiago como promesa por un familiar, comenzó su  andadura en la localidad francesa de Lourdes a cuya virgen también se encomendó.

Alessio igual que Sonia tenía también cierta prisa por llegar a Santiago, entonces le propuse a Sonia que continuase ella el camino junto al italiano. A mi me quedaba pocos kilómetros para finalizar esta etapa y podía tomármelo con mas tranquilidad, mas todavía sabiendo que así Sonia no continuaría sola los kilómetros que le restasen a ella.
Dicho y hecho, acabado el descanso nos repartimos  la comida y bebida en partes muy desiguales, mi compañera se empeñó en darme la mayor parte de las reservas alimentarias que ella no iba a necesitar.
Con un intercambio de teléfonos y direcciones electrónicas para seguir en contacto, nos despedimos en un efusivo y agradecido abrazo. ¡Por tu promesa, compañera!




Para siempre me tienes, compañera,
para siempre me tienes aferrado,
parra que alzas, rosal que te ha trepado,
yedra tenaz, osada enredadera.

Yo nunca cejo, amor, yo nunca cejo,
a menudo me vuelvo en el camino
y en el rostro me llevo tu reflejo. 
                - Compañera- Amancio Prada





 Después de internarme y atravesar la población de O Empalme, seguí durante 1 kilómetro mas por un sendero estrecho en el margen de la carretera, para cruzarla de nuevo por un túnel y visitar justo a la salida de este la aldea de Santa Irene con su ermita del mismo nombre y una fuente estilo barroco casi sepultada entre la maleza. 


 




Los siguientes 1,5 Km. se realizan a través de un bosque de altivos y frondosos eucaliptos por una pista ancha y cómoda cubierta de hojarasca.








De esta forma se llega   A Rúa y recorrer el kilómetro que resta de esta etapa por un camino asfaltado pero muy poco transitado de vehículos para arribar a Pedrouzo.





 
 
El itinerario del camino conduce al viajero hasta la parte alta del pueblo, cabeza de partido del Concello, junto a una naves industriales, continua en dirección a Santiago para los peregrinos que opten por seguir sin tener que internarse en esta población.






 
Por mi parte si me quedé aquí, ya tendría tiempo sobrado al día siguiente de llegar por fin a Santiago, mientras tanto, ocupé el resto del día en pasear de forma relajada por el pueblo, asearme y hacer la colada (buena falta tenía de ambas cosas) para presentarme medio decente en la Plaza do Obradoiro, y caída la tarde cené en un bar modesto donde previamente me habían informado los lugareños que podía degustar un exquisito pulpo a la gallega, no se equivocaron, ¡¡ joer, que bueno!!
  
Después de dos días en compañía de Sonia con sus bromas, sus risas, sus quejas, su paciencia..., sentía otra vez la soledad a la que antes ya me había acostumbrado. Durante la cena me sobrevino el bajón moral unido al cansancio físico y que tampoco se disipó en el albergue atestado de peregrinos que no conocía a ninguno de días atrás. Así pues, que para aliviar esa congoja me metí pronto en el saco que mañana sería otro día... un día importante.