jueves, 18 de mayo de 2017

Ruta Mozárabe ETAPA 4: HUENEJA - ALQUIFE 19 KM.


DIFICULTAD: MODERADA
TIEMPO: 7 HORAS.


                 El andar tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos.
                                                                                          - Miguel de Cervantes Saavedra-



17/05/2016

Se sale de Huéneja por el camino de la Ermita, el mismo por el que llegué en la jornada anterior, pasando junto al Santuario de la Presentación donde hay que devolver la llave del albergue a los Hermanos Franciscanos, yo no lo hice pues a mi marcha del albergue, Frank todavía dormitaba en él, supongo que él se encargaría de hacerlo.






El camino continua por el portachuelo de Dolar, un paraje de cultivos de almendros jóvenes y plantones.





Pronto se da vista al municipio de Dolar, bella estampa en la que destaca la torre de su iglesia del siglo XVIII y los restos del castillo árabe del siglo XII que corona una elevación del terreno, todo ello con la cordillera de Sierra Nevada como telón de fondo.


En Dolar hice tiempo en compañía de varios ancianos esperando todos a que se abriese el bar para desayunar.

Una vez concluido el desayuno, reanudo la marcha por un sendero pasando junto a la Ermita de San Antón como último edificio del pueblo.








A partir de aquí sobreviene un largo tramo serpenteando a través de campos de cultivo y pequeñas manchas de masa forestal, entrando en Ferreira por el camino de las Eras.







Ya dentro de esta  localidad  perteneciente a la comarca de Guadix y paseando por sus calles, paso junto a la imponente edificación de la torre de la Alcazaba del siglo XIII y en cuyo interior se alberga el centro de interpretación de arquitectura árabe.










Después descanso un rato en la plaza del ayuntamiento, en él hay una oficina habilitada para información al peregrino donde además de proporcionarme un mapa explícito de la ruta a seguir en el camino Mozárabe me sellaron la credencial.


Hago caso a las indicaciones de dicho mapa y abandono Ferreira a través de un sendero conocido como GR-7. Hay que tener mucha precaución pues dicho sendero que transcurre entre almendros, llega a un punto donde casi se difumina entre fincas de labor donde el paso del arado borra su curso.
Afortunadamente pronto se alcanza trazado mas definido en el punto donde se cruza la carretera que asciende al Puerto de la Ragua con la que une Ferreira con La Calahorra.
Pude seguir el camino por el arcén de esta carretera, pero es  asfalto y además la misma ruta que seguí cuando hice mi primer camino a Santiago en compañía de mis queridos y añorados compañeros en aquella aventura allá por el 2011. (Dejo aquí un recuerdo de aquella etapa)


Entonces para no volver a andar sobre mis pasos, seguí la ruta señalizada ahora como oficial del camino Mozárabe por una pista de tierra que delimita perfectamente los terrenos de cultivo y la masa forestal de pinares que forman el parque natural del Puerto de la Ragua (1990 mts.).

En un desvio hacia la izquierda surge otra pista que desciende paulatinamente hacia la la Calahorra, su precioso y magníficamente conservado castillo coronando todo el pueblo situado a sus faldas, ofrece una magnifica vista al viajero, detrás se observan los no menos impresionantes vaciaderos de tierra de la cercana mina de Alquife.



En el descenso, paso primero junto a la puerta de su cementerio para después llegar a la plaza del pueblo formada entre la fachada de la iglesia y su Ayuntamiento donde decido entrar para sellar mi cartilla de peregrino e informarme sobre algún sitio donde comer.

Allí, me recomendaron con acierto el bar de Fermín donde su camarero me atendió de forma exquisita y amable, ahora desde aquí yo también lo recomiendo.

El camarero también se ofreció para custodiar mi mochila con todas mis pertenencias para así yo poder visitar turisticamente el pueblo libre de la carga del equipaje y poder subir la elevación donde se asienta el castillo.





El castillo de la Calahorra se encuentra perfectamente conservado, pasé largo rato tomando imagenes desde todos sus ángulos, para mala suerte mía no pude verlo por dentro, era martes y los  días de visitas son los miércoles, ¡CACHIS!...




También ofrece una vista magnifica del pueblo a sus pies y de la cercana población de Alquife, lugar donde pretendía llegar para pernoctar esa jornada.








Así que después de bajar y recuperar mis pertenencias volví a los caminos. La salida de La Calahorra se realiza  por la calle de las Huertas que tras cruzar una rambla se sigue por el antiguo camino que usaban los mineros, que delimitado por parcelas de almendros jóvenes, nos conduce hasta el poblado abandonado de los mineros, un vallado que rodea todas las instalaciones de la mina nos impide poder visitarlas.








Ya solo resta seguir el camino asfaltado manteniendo siempre el vallado a la derecha para llegar al pueblo.
Recorro sus calles y plazas antes de llegar al albergue situado en la calle Fuente Santa, literalmente en el otro extremo del pueblo.





En el albergue Lacho conocí al hospedero Manu Lacho, de aspecto bonachón y de un trato exquisito  me alojó en su casa dandome todas las comodidades de las que disponía, nada mas llegar se encargó de hacer la colada con toda mi ropa sucia y me ofreció la comida y bebida que tenía en la cocina sin gasto alguno, vamos como si estuviese en mi casa, dicho tal cual.


Luego en tertulia con Manu, me dio a conocer para mi asombro, que tanto yo como cualquier peregrino que realice el recorrido mozárabe de Almería a Granada estábamos siendo "vigilados". No, no se trata de cámaras de televisión a lo largo del recorrido durante todo el camino, o un seguimiento GPS de nuestros pasos, sino que cuando yo adquirí mi credencial de peregrino en la oficina de turismo de Almería, en dicha oficina se crea un registro con mis datos que son enviados a la Asociación Jacobea del Camino Mozárabe, cuando un peregrino llega a sellar en el primer albergue asociado, este se pone en contacto con los demás albergues avisando de que tal peregrino esta en ruta, haciendo un tenue seguimiento en caso de que no llegue al siguiente destino, nada, una simple llamada por teléfono para asegurarse de que no ha habido ningún percance, Cuando se viaja solo, se agradece este tipo de "seguro"estando en ruta. En otros caminos de Santiago históricamente mas concurridos, este tipo de seguimiento sería practicamente imposible.