sábado, 25 de noviembre de 2017

Ruta Mozarabe ETAPA 5: ALQUIFE - GUADIX 27.3 KM.



TIEMPO: 7 HORAS
DIFICULTAD: NINGUNA

                                    ¡Ay de mi noche, mi luna, ay de mi mañana!
                                    ¡Ay de mi valle, mi mora, ay de mi Alcazaba!
                                    ¡Ay de mi raza de llanto bañada!
                                    ¡Ay de mi Sierra Nevada!
                                                          Granada, mi tierra cristiana   -Los Puntos-
                                                       

18/ 05/ 2016, miércoles.

Tras pernoctar en casa- albergue de Manu Lacho y después de disfrutar en agradable compañía del copioso desayuno que me preparó el propio Manu, comencé esa jornada abandonando Alquife por el mismo camino que utilizaban antaño los mineros provenientes de Jerez del Marquesado, teniendo a mano derecha el vallado que rodea los vaciaderos de las minas al aire libre, minas ahora totalmente anegadas y convertidas en un enorme lago.

Recorro extensas parcelas de tierras de labor coronadas en un segundo plano por las cumbres blancas de Sierra Nevada, teniendo frente a mi en  lontananza la población de Jerez del Marquesado de la que destaca la torre del campanario de su iglesia.











Cruzo una ancha rambla antes de adentrarme en una mancha forestal de eucaliptos cuya sombra se agradece en este tramo, mas aún por la refrescante presencia de un riachuelo con abundante vegetación en ambas orillas.












Se abandona este río por su margen derecho y comienza en este punto una larga pendiente a media ladera denominada la cuesta del Baho, flanqueada por enormes castaños, algunos en cuyo tronco se puede albergar una persona en su interior.




Al final de dicha cuesta se accede directamente al pueblo, por cuyas solitarias calles y siguiendo las indicaciones me llevan junto a la fachada misma de su iglesia de Ntra. Sra. de la Anunciación de estilo Mudéjar del Siglo XVI.




 Después de hacer un pequeño descanso para hacer acopio de agua, transito de nuevo por las desiertas calles (es curioso, a esa hora sobre las 10 de la mañana, no vi a ningún vecino de esta localidad recorriéndola de un extremo a otro) dejando atrás el casco urbano para internarme por un estrecho camino rural entre pequeñas parcelas de vega.



 En este tramo del camino, tuve que andar a saltos por el sendero embarrado debido a los numerosos derrames de una acequia de riego paralela al camino.








De esta manera, llego a la altura de unas naves ganaderas donde tras una curva muy cerrada del camino, este se ensancha al comienzo de una pista forestal que enseguida se abandona para seguir por un sendero de piedra suelta que pasa frente a las ruinas de las antiguas instalaciones para el lavado y fundición de cobre de las minas de Santa Constanza o Mina 10, internándome a continuación en un pinar donde a través de una pista forestal se baja hasta el embalse de Cogollos.














En este punto, decidí hacer otro alto en el camino para tomar algo de alimento en el merendero en las inmediaciones del pantano cuando para mi sorpresa, frente a mis ojos,llegó un helicóptero de los utilizados para la prevención contra incendios llenando una enorme bolsa de agua del embalse, supuse que para apagar algún incendio, pero desde mi posición , no olí a quemado ni vi humo cercano.


Si me preocupé cuando reanudé el camino pensando que podía internarme mas en el pinar donde podría dirigirme hacia el fuego, pero afortunadamente, las indicaciones informan al peregrino que se ha de rodear el embalse por la izquierda, tomando una pista rural entre desarboladas fincas de cultivos de secano que se dirige hacia el cercano Cogollos de Guadix.






Poco a poco me voy acercando a la población, entrando por su calle principal que desemboca junto a su iglesia Parroquial de la que destaca su majestuoso torreón-campanario.









Al internarme en este pueblo, me encontré de nuevo con mi esporádico compañero de viaje Frank, el súbdito alemán y se inseparable perro Mailo, cada uno cargando con su equipaje.
Pero fue un encuentro fugaz, pues Frank decidió parar para comer algo, yo había comido recientemente así que continué mi viaje, volví a encontrarme con ellos al término de esta jornada.


Tras la salida de Cogollos por la calle San Gregorio y una vez rebasado el casco urbano, se da comienzo desde este punto un tedioso caminar primero por asfalto y después por camino rural cruzando extensas parcelas agrícolas en baldío, plantaciones de almendros jóvenes y cereal.



Luego tras dos cambios de carril siempre a la derecha, por una pronunciada pendiente hacia abajo, me interné en el fondo de unos de los cortados que forman el paisaje mas característico de esta zona que es la Hoya de Guadix, me refiero a las  cárcavas o "bad-land" (tierras malas), accidentes geológicos provocados por la acción del agua erosionando tierras blandas de arcilla o limo. Sin embargo, este peculiar fenómeno geológico ha favorecido la construcción de las llamativas y curiosas casas- cueva también muy típico de los lugares, tal y como pude comprobar a mi paso por los pueblos y pedanias de esta comarca.


barrio de las cuevas (Guadix)















Así, deambulando por el lecho de estas cárcavas se llega a las inmediaciones de Guadix donde se toma un carril asfaltado a la derecha que enlaza con la calle Torremolinos donde encontraremos a mano izquierda un hostal formado por varias casas- cueva y antes de internarnos en el núcleo urbano de Guadix, pasamos junto al vallado de un taller de alfarería, artesanía muy típica también de esta zona aprovechando la abundante materia prima que ofrecen esta tierras arcillosas.

Alcazaba de  Guadix
Se me hizo larga esta etapa pues a mi legada a Guadix pasaban ya varios minutos de las 4 de la tarde, así que mi mayor anhelo a esa hora era encontrar un sitio donde comer. Recordé un restaurante junto al Ayuntamiento donde comí en una anterior visita que realicé con mi familia y hacia allí me dirigí. Para llegar al centro de la población, pasé frente al recinto amurallado que forma la majestuosa y bien conservada Alcazaba situada sobre una elevación del terreno compartiendo esquina con la no menos impresionante iglesia de Santiago.
Iglesia de Santiago

                          Guil, la escultora de Guadix y hospitalera de peregrinos.

Durante mi almuerzo en un bar céntrico junto a la fachada del Ayuntamiento de Guadix, se acerco a mi mesa una chica de unos cincuenta y tantos años, vestía informal y muy atractiva, se presentó como Mª Ángeles "la escultora de Guadix", que a la postre, iba a ser también la hospitalera del albergue de Guadix y que al verme con la mochila e indumentaria de peregrino, me dijo que tenía aviso de mi llegada según información dada por la Asociación Jacobea de Almería- Granada del Camino Mozárabe ( Manu Lacho el hospitalero del albergue de Alquife daría ese aviso). Invité a Guil, como así se le conoce como artista (Mariangeles Lázaro Guil) a sentarse a mi mesa y tras la comida nos dirigimos al albergue que resultó ser su propia casa, que digo casa, ¡UN PALACIO!, concretamente un palacete del siglo XV, cuyas dependencias de la 3ª planta han sido habilitadas para acoger a los peregrinos, gracias a la generosidad de MªAngeles la escultora que ha contribuido de esta forma tan altruista con la Asociación del Camino Mozárabe.














Tras instalarme en el albergue y adecentarme un poco salí a patear las calles de Guadix, visitando algunos de sus emblemáticos edificios, e incluso "tragarme" la oración de misa en la iglesia de Santiago para que me sellasen mi credencial de peregrino, antes de volver al palacete- albergue donde encontré a Mª Ángeles, la escultora, enfrascada en la ardua tarea, también desinteresada, de la traducción al francés del manual de etapas Almería- Granada del camino mozárabe de la Asociación Jacobea.

Catedral de Guadix

Fachada de la iglesia de Santiago.









Fachada del Ayuntamiento.













También se encontraba allí el presidente de la Asociación para la comarca de Guadix, Paco Fuentes, con él y Mª Ángeles mantuve un agradable rato de tertulia donde me dieron buenos consejos y directrices para afrontar la etapa del día siguiente. En resumen, gente "mú" maja.





jueves, 18 de mayo de 2017

Ruta Mozárabe ETAPA 4: HUENEJA - ALQUIFE 19 KM.


DIFICULTAD: MODERADA
TIEMPO: 7 HORAS.


                 El andar tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos.
                                                                                          - Miguel de Cervantes Saavedra-



17/05/2016

Se sale de Huéneja por el camino de la Ermita, el mismo por el que llegué en la jornada anterior, pasando junto al Santuario de la Presentación donde hay que devolver la llave del albergue a los Hermanos Franciscanos, yo no lo hice pues a mi marcha del albergue, Frank todavía dormitaba en él, supongo que él se encargaría de hacerlo.






El camino continua por el portachuelo de Dolar, un paraje de cultivos de almendros jóvenes y plantones.





Pronto se da vista al municipio de Dolar, bella estampa en la que destaca la torre de su iglesia del siglo XVIII y los restos del castillo árabe del siglo XII que corona una elevación del terreno, todo ello con la cordillera de Sierra Nevada como telón de fondo.


En Dolar hice tiempo en compañía de varios ancianos esperando todos a que se abriese el bar para desayunar.

Una vez concluido el desayuno, reanudo la marcha por un sendero pasando junto a la Ermita de San Antón como último edificio del pueblo.








A partir de aquí sobreviene un largo tramo serpenteando a través de campos de cultivo y pequeñas manchas de masa forestal, entrando en Ferreira por el camino de las Eras.







Ya dentro de esta  localidad  perteneciente a la comarca de Guadix y paseando por sus calles, paso junto a la imponente edificación de la torre de la Alcazaba del siglo XIII y en cuyo interior se alberga el centro de interpretación de arquitectura árabe.










Después descanso un rato en la plaza del ayuntamiento, en él hay una oficina habilitada para información al peregrino donde además de proporcionarme un mapa explícito de la ruta a seguir en el camino Mozárabe me sellaron la credencial.


Hago caso a las indicaciones de dicho mapa y abandono Ferreira a través de un sendero conocido como GR-7. Hay que tener mucha precaución pues dicho sendero que transcurre entre almendros, llega a un punto donde casi se difumina entre fincas de labor donde el paso del arado borra su curso.
Afortunadamente pronto se alcanza trazado mas definido en el punto donde se cruza la carretera que asciende al Puerto de la Ragua con la que une Ferreira con La Calahorra.
Pude seguir el camino por el arcén de esta carretera, pero es  asfalto y además la misma ruta que seguí cuando hice mi primer camino a Santiago en compañía de mis queridos y añorados compañeros en aquella aventura allá por el 2011. (Dejo aquí un recuerdo de aquella etapa)


Entonces para no volver a andar sobre mis pasos, seguí la ruta señalizada ahora como oficial del camino Mozárabe por una pista de tierra que delimita perfectamente los terrenos de cultivo y la masa forestal de pinares que forman el parque natural del Puerto de la Ragua (1990 mts.).

En un desvio hacia la izquierda surge otra pista que desciende paulatinamente hacia la la Calahorra, su precioso y magníficamente conservado castillo coronando todo el pueblo situado a sus faldas, ofrece una magnifica vista al viajero, detrás se observan los no menos impresionantes vaciaderos de tierra de la cercana mina de Alquife.



En el descenso, paso primero junto a la puerta de su cementerio para después llegar a la plaza del pueblo formada entre la fachada de la iglesia y su Ayuntamiento donde decido entrar para sellar mi cartilla de peregrino e informarme sobre algún sitio donde comer.

Allí, me recomendaron con acierto el bar de Fermín donde su camarero me atendió de forma exquisita y amable, ahora desde aquí yo también lo recomiendo.

El camarero también se ofreció para custodiar mi mochila con todas mis pertenencias para así yo poder visitar turisticamente el pueblo libre de la carga del equipaje y poder subir la elevación donde se asienta el castillo.





El castillo de la Calahorra se encuentra perfectamente conservado, pasé largo rato tomando imagenes desde todos sus ángulos, para mala suerte mía no pude verlo por dentro, era martes y los  días de visitas son los miércoles, ¡CACHIS!...




También ofrece una vista magnifica del pueblo a sus pies y de la cercana población de Alquife, lugar donde pretendía llegar para pernoctar esa jornada.








Así que después de bajar y recuperar mis pertenencias volví a los caminos. La salida de La Calahorra se realiza  por la calle de las Huertas que tras cruzar una rambla se sigue por el antiguo camino que usaban los mineros, que delimitado por parcelas de almendros jóvenes, nos conduce hasta el poblado abandonado de los mineros, un vallado que rodea todas las instalaciones de la mina nos impide poder visitarlas.








Ya solo resta seguir el camino asfaltado manteniendo siempre el vallado a la derecha para llegar al pueblo.
Recorro sus calles y plazas antes de llegar al albergue situado en la calle Fuente Santa, literalmente en el otro extremo del pueblo.





En el albergue Lacho conocí al hospedero Manu Lacho, de aspecto bonachón y de un trato exquisito  me alojó en su casa dandome todas las comodidades de las que disponía, nada mas llegar se encargó de hacer la colada con toda mi ropa sucia y me ofreció la comida y bebida que tenía en la cocina sin gasto alguno, vamos como si estuviese en mi casa, dicho tal cual.


Luego en tertulia con Manu, me dio a conocer para mi asombro, que tanto yo como cualquier peregrino que realice el recorrido mozárabe de Almería a Granada estábamos siendo "vigilados". No, no se trata de cámaras de televisión a lo largo del recorrido durante todo el camino, o un seguimiento GPS de nuestros pasos, sino que cuando yo adquirí mi credencial de peregrino en la oficina de turismo de Almería, en dicha oficina se crea un registro con mis datos que son enviados a la Asociación Jacobea del Camino Mozárabe, cuando un peregrino llega a sellar en el primer albergue asociado, este se pone en contacto con los demás albergues avisando de que tal peregrino esta en ruta, haciendo un tenue seguimiento en caso de que no llegue al siguiente destino, nada, una simple llamada por teléfono para asegurarse de que no ha habido ningún percance, Cuando se viaja solo, se agradece este tipo de "seguro"estando en ruta. En otros caminos de Santiago históricamente mas concurridos, este tipo de seguimiento sería practicamente imposible.