DIFICULTAD: NINGUNA
TIEMPO: 7 HORAS
Y refulgiendo cual luciérnagas,
caminando sin prisa sobre el tiempo,
huyen de un mundo material,
son espíritus barridos por el viento.
-CANTA POR MI- El último de la fila.caminando sin prisa sobre el tiempo,
huyen de un mundo material,
son espíritus barridos por el viento.
7/09/2014, domingo.
Unas vistas preciosas desde una cresta montañosa, un último cambio provincial, un largo y apacible paseo, un volver al camino recorrido y una lluvia tenaz y persistente, fue lo que me encontré en esta jornada. Vamos por partes:
Ese día retrasé una hora el comienzo de la etapa por cansancio acumulado y me tomé todo el recorrido con mucha calma, disfrutando cada paso.
El único bar de la aldea no había abierto aún por lo que comencé mi andadura con el estomago vacío, afortunadamente tras un cuarto de hora caminando y habiendo recorrido algo mas de 1,5 kilómetros, llegué a la aldea de Casacamiño en donde si estaba abierto un hotel rural con servicio de bar en donde pude disfrutar de un opíparo desayuno. Acabado este y satisfecho mi apetito me puse de nuevo en marcha.
Frente a la misma fachada de este hotel, el camino describe un giro de 90º a la derecha que asciende hasta una cresta montañosa por un sendero bordeado de vegetación florida de monte bajo, las vistas desde este punto elevado eran preciosas, divisando amplios valles y verdes prados.
A continuación, ya en descenso por la ladera se llega a la pequeña población de Hospital de As Seixas, tal y como indica su colorido cartel de bienvenida. Atravesé el pueblo sin cruzarme con ningún vecino, quizá por la temprana hora.
Sobreviene ahora un llevadero y cómodo transito por la llanada sierra de Careón que divide las provincias de Lúgo y A Coruña en sus dos vertientes, entrando así en mi última provincia por recorrer en este camino.
Sigo en descenso en una larga recta asfaltada pero con muy poco trafico rodado, extensos prados bordean ambas orillas.
Al cabo de unos 3 km. de haber dejado atrás Hospital. surge un desvío a la izquierda que conduce en un corto tramo al siguiente núcleo urbano, Vilouriz.
El recorrido de esta etapa continua por la misma carretera interpoblacional durante 9 kilómetros, primero por el Concello de Toques y las poblaciones de Vilamor a 2 km. e Irago, 1 kilómetro mas adelante.
Para entrar en el Concello de Melide, del que forman parte las aldeas de Curutelo, Compostela y Zaramil que por este mismo orden se van visitando y dejando atrás.
Ya por último, se intercepta la carretera CP- 4604 y se transita por ella, recorriendo la practicamente barriada de Forte Novo, antesala de la gran población de Melide, cabeza de partido de este Concello.
Me sobrevino un cúmulo de sensaciones y recientes recuerdos al llegar a este lugar en el que había estado hacía escasamente un año antes, en la ETAPA 45 de mi primer camino a Santiago.
Un recuerdo también para mi amiga Sonia cuando visité por segunda vez la iglesia Sancti Spiritus de Melide, templo que tanto le gustó a mi compañera y en el que tuvimos muchas risas y bromas merced a unas figuras en piedra de sepulturas que alberga esta iglesia.
Ese día se celebraba mercadillo en Melide, por lo que al bullicio de la gente recorriendo los diferentes puestos se le unían los pocos peregrinos que veníamos procedentes del camino primitivo y la masiva afluencia de los que realizaban el camino Francés, ya que este es el punto en donde confluyen ambas rutas.
Melide también es final de etapa natural y cuenta con muchos albergues, por esta razón, muchos de los peregrinos hacían tiempo deambulando por sus calles para que se abriesen las puertas del albergue municipal. Yo por mi parte, tras realizar unas compras y tomar algo de vitualla decidí continuar puesto que no era ni tan siquiera mediodía.
El mojón que marca el kilómetro 50 para llegar a Santiago se encuentra a la salida del casco urbano de Melide y tras dejar atrás las barriadas de Sta. María de Melide y O Carballal, el camino se interna bajo una bóveda vegetal formada en un área boscosa de eucaliptos y en donde comenzó a caer una fina lluvia.
Superada el tramo boscoso, el camino desemboca en la carretera nacional 547, a la altura de Raído, y se circula por un sendero pegado a esta durante unos pocos metros para volver a alejarse del asfalto e internarse en otro tramo cubierto de arboleda que paliaba en parte la pertinaz lluvia que ahora caía en abundancia.
Como he comentado anteriormente, este mismo camino lo había recorrido un año antes, por lo que las distancias me parecían ahora mucho mas cortas y sobre todo carentes de incertidumbre o sorpresa.
Pero volviendo al itinerario, se alcanza la aldea de Peroxa y a poca distancia, se intercepta de nuevo la N-547, en la población de Boente.
Muchos peregrinos de agolpaban en la puerta de la sacristía de la iglesia de Boente para sellar allí su credencial y de paso resguardarse momentaneamente de la lluvia. Yo prescindí de sellar mi cartilla, lo haría como siempre en el albergue de turno al final de etapa de la que me encontraba a unos 8,5 km.
El camino continuaba en paralelo siguiendo mas o menos el mismo trayecto que la carretera nacional, cruzándola en varias ocasiones para evitar amplias curvas que describía el asfalto, también era de agradecer que transcurriese por firme de tierra compacta pues así la incesante lluvia no producía barro.
Decir que tras Boente, que pertenece al concello de Arzúa el camino desciende hasta el rio Boente para después subir, pasando por Figueiroa, Castañeda y Fraga Alta. Después se cruza otra vez la carretera, esta vez por un paso elevado y se desciende hasta el rio Iso, justo a la entrada de Ribadiso.
El albergue de esta localidad se encuentra a mano derecha nada mas pasar el puente medieval, muchos de los peregrinos que caminaba junto a ellos se alojaron en el hartos de tanta lluvia. Yo, consciente de que quedaban solo 3 km. para llegar a Arzúa, seguí adelante.
Estos últimos kilómetros de recorren tras acceder de nuevo a la N-547 y transitar por su arcén. Afortunadamente dejó de llover, por lo que pude acabar la esta jornada de forma mas relajada.
En la entrada a Arzúa, esta misma carretera se transforma en una larguisima avenida que atraviesa la población. Me dirigí directamente al albergue municipal de peregrinos, que al igual que en el año anterior me lo encontré con el cartel de completo en la puerta, así que volví a alojarme en el albergue privado "Os caminantes II" tal y como hicimos Sonia y yo hacía un año,¡ total, por 8€!, los servicios de que dispone son magníficos y mejor aún la amabilidad y simpatía de Ana, su hospitalera.
Tras instalarme, hice "la colada" y salí a dar una vuelta por el pueblo.
Ya de vuelta al albergue tirado en la litera, pasé un buen rato de lectura antes de quedarme dormido, rendido por el cansancio mientras repasaba de memoria el itinerario a seguir en la etapa del día siguiente, que a la postre y sin pretenderlo resultó que iba a ser la última de este llamado camino primitivo.
El vídeo de esta etapa.