con pan y vino...: Ruta Mozarabe.ETAPA 2: ALBOLODUY

DIFICULTAD: ELEVADA
TIEMPO: 10 HORAS

"LA SECA"

Y el probe que pierde la esperanza y peca,

¡ni pa que tampoco presine su frente
si a Dios s’ha golvío, tie agua en la cieca!
Y si va a la fuente, no hay agua en la fuente,
y si va a la cimbra34, la cimbra está seca.

….................

Y sin desnuarme, agua a la centura,
como cuando hacemos toma en la boquera,
refresqué mi sangre d’esta calentura,
¡q’hace de los campos una calavera
y de nuestros cauces una sepoltura!

José María Martínez Álvarez de Sotomayor. Poeta en Andaluz(1880-1947)

Cuevas de Almanzora- Almería.

15/05/2016
¡Que día mas malo pasé!
Tras la fiesta de la noche anterior, al día siguiente busqué algún bar para desayunar, en vano pues todos estaban cerrados, de modo que fui a devolver las llaves de mi improvisado alojamiento al Consistorio que encontré abierto por casualidad pues allí descansaban los músicos que amenizaron la velada.
Así que salí a los caminos sin nada en el estómago.

Vista de Alboloduy

Comencé la etapa del mismo modo que acabé el día anterior, siguiendo a contracorriente el cauce del río Nacimiento, en principio por su margen derecho para después internarme en el propio cauce seco.

Al cabo de unos 3 kilómetros aproximadamente la abundante vegetación en el mismo cauce de la rambla obliga al peregrino a ascender por una empinadísima ladera de muy difícil transito por una estrecha vereda en zig-zag con mucha piedra suelta, la señalización con pintura amarilla sobre las mismas piedras.

Chumberas que han sucumbido ante la
plaga de la cochinilla del carmín
(Dactylopius coccus)

Se asciende hasta acceder con la carretera AL-451, un alivio pisar firme seguro aunque sea asfalto.
Por la carretera se transita aproximadamente 1,5 km. donde un poco mas adelante de la señal vertical en el margen izquierdo que indica el Km. 18, surge un sendero a la izquierda señalizado por el característico "mojón" del camino mozárabe.

Se pasa junto a una aljibe cuya construcción date de 1903 y acto seguido, nos topamos con pista forestal con una cadena que impide el paso a vehículos de motor, pero que aún siendo un camino de una propiedad privada permite el transito de peregrinos.

Por este camino se desciende de nuevo en un trazado de muchas curvas, en una de ellas para mi sorpresa, me salieron al paso una manada de cabras montesas al mismo tiempo de daba vista en el fondo del valle, en el margen derecho del rio Nacimiento a la localidad con el mismo nombre, Nacimiento coronada por numerosos molinos de viento aprovechando las virtudes de Dios Eólo.

Se sigue descendiendo por la misma pista forestal hasta tomar de nuevo la senda serpenteante que marca el rio.

En las proximidades del pueblo, encuentro a mi paso varios lugareños con los que entablo conversación para posteriormente entrar en el casco urbano. Transitando por sus calles, paso junto a su iglesia y Ayuntamiento, pero mi mayor anhelo a esas horas (mediodía), era encontrar un bar donde saciar mi estomago vacío desde primera hora del día.

En este inciso, quiero agradecer al dueño del "bar Centro", no solo por trato recibido o por la información obtenida, todo amabilidad, sino también por un enorme favor que me hicieron él y dos de sus clientes habituales, después de que me hubiese marchado del bar dejandome olvidada la cartera. Mi agradecimiento al escribir estas lineas, volveré algún día a este pueblo para hacerlo personalmente.

Una vez satisfechas mis necesidades orgánicas, volví de nuevo al camino y otra vez al cauce del rio seco. En realidad, toda esta etapa transcurrió a lo largo de diversas ramblas y en algunas de ellas el camino se hacia muy pesado y fatigoso a través de arenas blandas que me dejaban "clavado", o por tramos pedregosos en los últimos kilómetros donde me trastabillaba constantemente hasta el punto de acabar con gran dolor en la rodilla derecha.

Así, en mi penoso caminar, alcanzo en pequeño núcleo de Los Gregorios, desviándome de la rambla solo momentáneamente pues enseguida vuelvo a ella donde poco mas adelante paso junto a la localidad de Doña María a mi derecha, y siguiendo mi andadura, entro en la localidad de Ocaña que junto con la ya mencionada Doña María y Escullar, estas tres poblados forman el municipio de Las Tres Villas.

Decir que en Ocaña se puede sellar la credencial en el Centro Social de la 3ª Edad, situada en la Plaza de la Juventud (¡Qué ironía!¿no?), junto a la iglesia.

Iglesia de San Bernardo en Ocaña.

Una vez hube descansado y repuesto líquidos, continuo mi camino cruzando la carretera A-92A, dirigiéndome por enésima vez al sinuoso cauce seco de la rambla. flanqueado en ambos lados por la carretera nacional
A-92A y la autovía A-92.

Por ser el último tramo de esta etapa, también lo fue el que acabaría de destrozarme mi maltrecha rodilla con un suelo pedregoso, suelto e irregular, arrepintiéndome de no haber realizado estos últimos kilómetros por asfalto, del mal el menos.

Acueducto del siglo XVI que canalizaba las aguas para
el molino.

Tras pasar bajo unos puentes que salvan el tráfico rodado, hay de una serie de intersecciones que forman estas dos carreteras, donde también confluyen las ramblas del rio Nacimiento y la de los Santos. Un reducido grupo de casas de campo con sus huertas adosadas a ellas se denomina Las Juntas donde se encuentra los restos del molino Los Arcos, un molino harinero y su acueducto, imponente infraestructura hidráulica declarado patrimonio de Interés Cultural y que para su conservación hubo que rediseñar el trazado de la autovía.

Encaro los últimos metros girando a la izquierda por la rambla de Abrucena y abandono esta por un carril a la derecha para entrar ¡POR FIN! en Abla.

Se me hizo muy monótona y larga esta etapa ( 28 km.)aunque estaba dentro de mi media diaria en ruta (30 km.) en gran parte debido al itinerario por donde esta discurre como ya he indicado anteriormente, pero ahora tocaba descansar y buscar alojamiento. Una vez cumplimentado estos trámites, salí a dar un relajante paseo haciendo un poco de turismo por las calles y rincones de Abla.