domingo, 14 de octubre de 2012

ETAPA 19: DON BENITO - SAN PEDRO DE MERIDA 36 km.


DIFICULTAD: BAJA
TIEMPO: 9,30 HORAS





 caridad.
(Del lat. carĭtas, -ātis).

3. f. Limosna que se da, o auxilio que se presta a los necesitados.
4. f. Actitud solidaria con el sufrimiento ajeno.
                                                                        -R.A.E. -




A mi llegada a la localidad de Don Benito tras recorrer la Comarca de la Serena  el día anterior, me facilitaron información sobre la casa de acogida Virgen de las Cruces albergue tutelado por Cáritas y allí me dirigí, me recibió Pedro un  muchacho joven y afable que estaba al cargo de esta institución que daba cobijo a todo tipo de gente necesitada, ancianos solitarios, pobres sin techo, desahuciados, drogadictos, "colgados", esquizofrenicos... En principio me dio un poco de reparo y desconfianza pasar allí la noche pero al poco observé como todos los "inquilinos", acataban y realizaban todas las normas y tareas de convivencia en un ambiente de respeto y cordialidad que me hizo confiar en toda esa gente tan dispar. Se me proporcionó una ducha y al salir de ella ya tenía servida la cena en la mesa. Una de las normas básicas era no poder salir de la casa antes de las 8:30 horas, pero Pedro hizo una excepción conmigo para que pudiese continuar mi camino al día siguiente temprano, para ello me instaló un sofá-cama en el pasillo y así no molestar a los demás repartidos en habitaciones de cuatro camas cada una. A las siete de la mañana me despertó y me ofreció el desayuno al tiempo que preparaba el de los demás, antes de abandonar la casa le dí las gracias por su amable acogida e intenté darle una propina económica cosa que Pedro se negó en aceptar.
Escribiendo estas letras quiero dar de nuevo las gracias a esta casa por su hospitalidad. Hay cierto tipo de experiencias ya sean buenas o malas que con el tiempo siempre se recuerdan, esta es una de ellas.




Don Benito es un pueblo grande, densamente poblado (40.000 habitantes), capital de la comarca de las Vegas Altas, para seguir el camino tuve que atravesarlo en toda su longitud por su avenida principal hasta llegar a un polígono industrial situado en las afueras y continuar mi andadura por la carretera EX-206, hacia la localidad de Medellín que ya era visible a 7 kilómetros de distancia tras una larguisima recta por esta carretera, así pues hice todo este trayecto por su arcén izquierdo con el cuidado de soportar el "rebufo" que dejaban los coches y sobre todo los camiones que circulaban a gran velocidad.

Pronto hice entrada en Medellín, cuna del conquistador Hernan Cortes,  a mi izquierda, su castillo se elevaba imponente. No hice "turismo" por el pueblo para no demorar mi marcha, lo crucé por una empinada calle central hasta el gran puente Romano- medieval
                                                      que salva el cauce del rió Guadiana.


Río Guadiana



  Cruzo el puente, pero tomo un sendero de tierra que sale por su margen izquierdo antes de recorrerlo en toda su longitud.,este sendero es de un trayecto corto,pues enseguida enlaza con la carretera local de Yelbes ó Cordel de San  Pedro. Este es el itinerario que yo seguí, también existe la opción de cruzar el puente en su totalidad y tomar de nuevo la carretera EX-206 que tras circunvalar Medellín continúa hasta Santa Amalia. Yo decidí "atajar" un poco el camino (ambos caminos figuran como de Santiago) y de nuevo otra vez en una larga recta asfaltada donde al fondo se vislumbra la pequeña población de Yelbes, al cabo de unos 500 m. caminando por esta carretera  nos surge a la derecha un carril de tierra entre dos acequias indicada como Cañada Real Leonesa que da de nuevo la opción de llegar a Santa Amalia dando un pequeño rodeo, pero continúo dirección Yelbes.


 A ambos lados de la carretera de ven extensos campos maíz y arroz, estos últimos cultivos totalmente anegados aprovechando las aguas del Guadiana distribuidas por numerosas acequias.


Llego a Yelbes, a la entrada de este pequeño pueblo de los llamados de colonización, me encuentro con un grupo de vejetes ociosos sentados a la sombra de una marquesina de parada de bus, me hacen sitio para que me siente y descanse, de paso se ponen al corriente de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, satisfecha la curiosidad de los ancianos, me recompensan indicándome el camino a seguir cuando emprendo de nuevo la marcha, esta vez por una laberíntica pista de tierra que discurre entre cultivos que pronto enlaza con una estrecha carretera de uso agrícola que a su vez conecta con la N-430 justo a la altura del puente el río Burdalo, tras cruzar el puente continúo unos 2 km. por esta vía mas ancha y con mas tráfico, después tomo una vía de servicio que sale a la izquierda durante 2 km. mas hasta hacer entrada en Torrefresneda.


Puente sobre el río Burdalo










 Torrefresneda es otro pequeño pueblo de colonización como así lo demuestran sus casas, todas iguales y sus calles rectas. Ocurríome aquí un hecho cuanto menos "raro", que paso a relatar bajo el original titulo de:
                              
                                   -  UN HECHO CUANTO MENOS "RARO" -
 Hice entrada en el pueblo alrededor de las cuatro y media de la tarde, había recorrido ya unos 26 kilómetros en esta etapa, no muchos en comparación con la del día anterior pero el cansancio acumulado y a esas horas de calor me hicieron pensar en la posibilidad de terminar aquí la etapa, equilibrando la distancia con la del siguiente día, así pues busqué un bar para tomar algo, reponer mis escasas reservas de agua  y de paso pedir información sobre un posible alojamiento. El pueblo contaba con tres bares, el primero al que acudí estaba cerrado a cal y canto, el segundo era el del club de la 3ª edad cerrado también por vacaciones, el tercero tenía sillas y mesas bajo un toldo, tenía la puerta exterior levantada pero la de cristales cerrada también. Pensé - dada la hora que es, no tardará en abrir-, así que me acomodé en una silla a la sombra del toldo, me descalce para aliviar la presión en mis pies. Lo INSÓLITO de esta situación es que desde mi entrada en el pueblo no vi  a NADIE en el. UNA HORA estuve esperando a que se abriese el bar y tampoco ocurrió, a pesar de que era el mas céntrico y que desde allí se podía ver gran parte del pueblo, durante ese tiempo no apareció nadie a quien poder preguntar,ni de cerca ni de lejos, nadie, ni tan siquiera el dueño del bar. Así que, transcurrido ese tiempo, no tenía mas opción que la de seguir caminando hasta el siguiente núcleo urbano, San Pedro y de este me separaban aún 10 km.

Abandoné el pueblo por una ancha pista de tierra, a los pocos metros de andanza, observé a mi derecha un gran maizal, en una de sus orillas habían utilizado unos cuantos surcos para pruebas de nuevas variedades de semilla, llamó mi atención algunos nombres otorgados a cada variedad.

 

Después el camino se tornó otra vez asfalto en lo que sería una vía de servicio que marchaba paralela a la autovía A-5 ó de Extremadura, esta vía de servicio cruzaba en cuatro ocasiones; ora por encima, ora por debajo con lo cual quedaba la autovía; ora a mi derecha, ora a mi izquierda.

¡ Mas de 1 minuto de meada !

Pasé delante de una granja de vacas, una de ellas se encontraba cerca del vallado con su terneríto, les ofrecí a ambos una zanahoria a lo que la vaca rechazó mi presente con un feo gesto.



                                                                                                                
 Por ultimo hice entrada en Don Benito totalmente agotado y sediento, nada mas pasar el cementerio a mi derecha, "mendigué" un poco de agua en la primera casa habitada que encontré con la excusa de preguntar por algún albergue, no había ninguno en el pueblo por lo que tuve que alojarme en un hostal. ¡Bueno!, me salió mas caro pero dispuse de los servicios y comodidades para reponer fuerzas y afrontar la etapa del siguiente día.

San Pedro de Mérida, calle conquistadores.




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