* En amarillo el camino histórico de Santiago. En rojo la ruta que yo seguí.
DIFICULTAD: NINGUNA.
TIEMPO: 5 HORAS.
La distancia mas corta entre dos puntos es la linea recta.
- geometría parabólica.-
Opté por esta ley matemática cuando decidí que camino tomar en esta ultima jornada para alcanzar Salamanca, por eso desde muy temprana hora enfilé la carretera local que une San Pedro con esta capital de provincia, desdeñando el camino histórico de Santiago por tener una distancia mayor y porque cuando inicié mi andadura aún quedaban varias horas antes de que amaneciese y la visibilidad por caminos era poca. Marchando por la carretera no tenia posibilidad de equivocarme, me servía también como referencia el resplandor lumínico que ofrecía la ciudad y que divisaba siempre frente a mi. Mas tarde, las primeras luces del alba saliendo por el este corroboraron la dirección correcta.
La ruta elegida para este día ofrecía pues pocas novedades dignas de reseñar.
Durante los primeros 8 ó 10 kilómetros la temperatura no era muy fría, en cambio, superado mas de la mitad del recorrido alrededor de las 8 de la mañana, el frío se hacia notar helando el rocío caído unas horas antes.
Para entonces yo me encontraba a las puertas de Aldeatejada a 6 kilómetros de la capital charra.
Marcho por la misma carretera por la que circulaba y que parte el pueblo en dos mitades. Superado este, en sus afueras comienza un carril bici pintado de verde que ya no se abandonará hasta entrado ya en Salamanca y que conduce al viajero hasta el mismo puente Romano que salva las aguas del caudaloso río Tormes.
Después de cruzar el puente asciendo por la empinada y estrecha calle Tentenecio (Una historia de Agustín, amigo y ciudadano charro: Cuenta la leyenda que el nombre de esta calle viene dado porque estando el pueblo celebrando una fiesta en la que sueltan toros por las calles de la ciudad, la procesión ascendía por esta calle cuando se encontró con uno de los toros, este corrió para embestir, el cura que precedía a la multitud le ordeno ¡DETENTE NECIO! y el toro obedeció. Así me lo han contado y así la transcribo aquí.
La calle asciende hacia la Plaza Anaya, pasando primero junto a la vieja Catedral y desembocando en la misma puerta de la Catedral nueva.
Desayuné antes de hacer una primera toma de contacto con la ciudad, después busqué alojamiento para ese día. Por la tarde cursé los tramites necesarios para el regreso a El Ejido (¡¡Que ganas tenía de volver!!) y pasé el resto de la tarde haciendo turismo, tomando imagenes que dan constancia de mi paso por aquí.
Fachada de la Catedral nueva
Vista de la Catedral y muralla desde el huerto de Calixto y Melibea
Cúpula interior
Plaza Mayor
La 3ª Catedral de Salamanca, ¡¡ LA MEJOR!!
Va de números.
De esta forma puse fin a estas ocho jornadas de ruta hacia la Catedral de Santiago, fueron las ultimas en el año 2012, un recorrido total de 220 kilómetros por gran parte de Extremadura y algunas localidades de Castilla- León.
La credencial la tengo practicamente completa, tendré que "agenciarme" otra para las próximas salidas que espero realizar para primavera de 2013 si mis condiciones familiares, laborales y de salud lo permiten.
De la misma Plaza Mayor de Salamanca parte la siguiente etapa:
- Desde este punto hasta la localidad Leonesa de Astorga (mi siguiente meta), lugar donde acaba la Vía de la Plata enlazando con el camino Francés hay una distancia de 200,1 km.
- A Santiago de Compostela media una distancia de 444 kilómetros (curiosa cifra).
Pero no adelantemos acontecimientos... Tó se andará.
Sin ser esta la etapa mas larga de las recorridas hasta ahora, es la que mas interminable me pareció y sin ser la mas dificultosa, fue la mas agotadora.
Aquella mañana en Fuenterroble amaneció helada, tanto Frank como yo nos levantamos temprano pero al notar el intenso frío, retrasamos un poco la hora de la salida del albergue dedicando mas tiempo a tomar el desayuno que previamente Felipe nos preparó. El padre Blas se había ausentado en sus quehaceres matutinos.
En el tiempo que yo empleé para tomar un café con leche y galletas, me sorprendió ver a Frank, adicto al café, tomar tres vasos grandes de esta bebida acompañados con cereales, galletas y pan mojado.
El sol hizo su aparición caldeando ligeramente la temperatura exterior y tras unos momentos mas de conversación, agradecimientos y despedidas, Frank y yo continuamos nuestro viaje no sin antes depositar cada uno de nosotros un donativo en un buzón colocado tras la puerta a tal efecto.
Había olvidado comentar en el post anterior de mi llegada a Fuenterroble, la cercanía de esta con la localidad de Guijuelo famosa por la elaboración de jamones de gran calidad y denominación de origen.
Frank me acompañó a pie durante un rato arrastrando su bici y perfectamente pertrechado contra el frío por la carretera que une Fuenterroble con Casafranca.
-He dejado de "prropina" los últimos 5 "eurros" que me quedaban. -Dijo-.
-¡Coño!¿No te queda ná?, ¿que vas a hacer?, ¿te presto algo?- pregunté-
-Oh no, "grrrracias", en Salamanca fuuuitt (silbido), mas "dinerrro".
-¿Card?
-No, no. Yo, teléfono y mi familia "enviarrrr" mas "dinerrro" en banco. Desde aquí hasta Salamanca, yo solo café, ¡gasolina "parrra" las "pierrrrnas"! jajaja.
-Buena suerte y buen camino.- le deseé-
-Ok, buen camino. A-dios.
A poco mas de un kilómetro de la salida de Fuenterroble, se deja el asfalto por la derecha para continuar por una ancha vía de tierra, los charcos producidos por la lluvia caída se encontraban helados y la frialdad del suelo se sentía a través de las suelas de las botas.
Fue en este punto del camino donde recibí una llamada telefónica de mi hermana. En esa hora temprana supe en seguida que serian malas noticias, así fue, mi hermana me informó que mi madre acababa de ser ingresada en el hospital para amputarle la pierna izquierda. Aunque la noticia en buena parte esperada tarde ó temprano, su confirmación me dejó helado como el paisaje que tenía ante mi, me produjo un bajón anímico y una "mala leche" en el cuerpo de la que me fui liberando a ratos , merced a la soledad "que disfruté" en todo ese día.
Ya se que esto pueda parecer un tema muy personal y que pertenece a un pasado como para reflejarlo en este blog y ahora, pero al producirse este hecho estando yo en el camino, me ayudó a tomar la determinación de continuar la totalidad del camino de Santiago a pie. Me explico:
Mis compañeros de camino Juanjo y su mujer Gabi decidieron continuar ellos su camino de Santiago en bici y así recorrieron la distancia entre Córdoba y Cáceres, para unas futuras salidas, me apremiaban para que me uniese a ellos. En gran parte me seducía la idea porque disfrutaría así de su amable compañía en el viaje y porque reduciría tiempo y costes en esta aventura, pues viajando con este vehículo se cubre mas cantidad de kilómetros en cada etapa, reduciendo considerablemente el numero de estas.
Así pues la privación de mi madre a volver a caminar, decantó la balanza de mis dudas hacia la continuación a pie, no como promesa ni "manda" ó gilipolleces de ese tipo sino por el hecho de poder dar un paso tras otro con la consciencia de que ella no podrá volver a hacerlo.
Volviendo a esta etapa, la gran cantidad de miliarios dispuestos en tramos cercionaban la marcha por la Vía de la Plata, no hay temor a perdida pues el paso esta delimitado en ambos lados por una alambrada.
Después hay que subir un ligero repecho cruzando una mancha de encinas. Recorridos unos 8 kilómetros mas ó menos, se vuelve a llanear por ancho camino vallado y mas despoblado de vegetación pero con las suficientes encinas con fruto tras las alambradas para mantenimiento de ganado porcino.
Dejando atrás un desvío a la izquierda hacia Navarredonda, comienza el ascenso al Pico de la Dueña por un sendero de firme irregular entre encinas.
Poco antes de las dos de la tarde, ya casi en la cima paré a comer, al poco rato se formó una bandada de buitres sobrevolando en circulo sobre mi, pensé que estos bichos se han acostumbrado al paso de los peregrinos, saben cuando los viajeros paran a comer o descansar para descender luego en busca de algún resto de alimento. Ocupé mis pensamientos en esta aves relajando mi mente de la rabia interior. Observandolas, no sé porque tipo de similitud caí en la cuenta de que era la onomástica de Sta. Cecília y por consiguiente también el cumpleaños de mis dos amigos Manolo y J. Aguilera, antes de reemprender la marcha les mandé un SMS de felicitación.
La vereda a partir de aquí se estrecha y se llanea pasando junto a unos generadores eólicos.
La bajada es mas incómoda pues el terreno esta mas suelto, un bosque de robles (quercus) rodeaban el camino y al fondo serpenteaba la carretera hacia San Pedro.
Una vez que se baja hasta el asfalto, el resto del trazado hasta el final de etapa es por su superficie.El tráfico rodado en este tramo de carretera era fluido pues conectaban con el otros trazados que se dirigían a diversas localidades cercanas como Membribe, Navagallega, Herreros ó Pedrosillo.
A continuación, tras superar un largo puente paso junto a Calzadilla del Mendigos, se trata de una cortijada con numerosa y diversa ganadería, En la puerta campeaban libres las gallinas y el orgulloso gallo me hizo frente para "chulearse" ante ellas.
Después de coronar una pequeña loma, el caminar se torna pesado y monótono, mas cuando aparecen uno tras otro interminables tramos de carretera que se pierden en el horizonte y que obligan a bajar la vista al viajero solitario para no tener la sensación de no llegar nunca al final del tramo y para desesperación de ver como aparece otro aún mas largo y recto con campos arados y vacíos que se pierden a la vista. Ancha es Castilla.
¡¡ Por fin !!, fue un alivio ver una señal de distancia a San Pedro y mas cuando además los últimos kilómetros se abandona el insidioso asfalto y se hacen campo a través.
San Pedro de los Rozados aparece tras superar un ultimo repecho y llegué a el bajando por una embarrada pista cruzándome con varios vehículos agrícolas saludando con alegría a sus conductores.
Preguntando di con el albergue para peregrinos " El Miliario",¡ uno de los mas acogedores albergues de todos en los que he estado en esta aventura!, pequeño ( 8 camas), vetusto y en apariencia destartalado pero con todo lo estrictamente necesario para reportarle al viajero una estancia cómoda para descansar.
Salió a recibirme un gato de aspecto sombrío pero el mas "sobón" de los que me he tropezado hasta ahora y digo tropezado, pues a cada paso mio se enredaba en mis pies. Me gustan los gatos con locura, pero este resultaba agobiante, El gato y yo eramos los únicos habitantes del albergue. Contaba con una maquina de café eléctrica en la que no era necesario echar moneda y se podía tomar cuantos cafés, leche ó infusiones quisiera. Inevitablemente me acordé de Frank, ¡ojala hubiese pasado por aquí, llenase su deposito de gasolina gratis y hacer mas llevadero su camino!
Me acomodé a mis anchas, me duché, comí, e incluso me eché un ligero sueño en el sofá, vencido por el cansancio con el inevitable gato sobre mi.
Una hora después llegó Conchita, la hospitalera, muchacha joven y guapa, simpática, cordial, amable...amiga. Estas en tu casa - dijo- dispón de ella cuanto y como te dé la gana. Me selló la credencial y sentados a la mesa, mantuvimos una agradable y larga conversación sobre temas diversos mientras "Boris", que así se llamaba el gato no dejaba de enredar.
-Jamas he conocido un gato tan "pesao"- Dije.
-Pues antes era muy huraño, pero al contacto con los peregrinos que pasan por aquí se ha domesticado- Explico Conchita. Después se despidió llevándose consigo a Boris, pero volví a coincidir con ella cuando salí a realizar unas compras, acompañandome por las calles del pueblo mostrándome la tienda de comestibles y la panadería. En definitiva, toda una recompensa por todo aquel aciago día.
Un grato recuerdo para Conchita y mil gracias por su amable acogida.