viernes, 1 de marzo de 2013

ETAPA 29: BAÑOS DE MONTEMAYOR - FUENTERROBLE DE SALVATIERRA 30 KM.



TIEMPO: 9 HORAS
DIFICULTAD: MEDIA


                    Jamás se desvía uno tan lejos como cuando cree conocer el camino.
                                                                                                      - Proverbio chino-
¡¡Y tanto que me desvié, 8 kilómetros !!

 21/11/2012

Tal como en la etapa anterior a modo de excursión, ascendí la empinada cuesta de la calzada romana para dejar atrás Baños y la Comunidad de Extremadura para seguir avanzando por Castilla-León en la provincia de Salamanca.
Era muy temprano y caía una fina lluvia, caminar por el angosto sendero me empapaba los pies y por ese motivo decidí continuar por la carretera nacional 630 para subir al alto del puerto de Bejar. El arcén era estrecho pero afortunadamente en esa hora temprana, había poco tráfico rodado.
Cuando coroné en puerto, la lluvia arreció por lo que busqué amparo en una gasolinera, allí me puse el impermeable y continué la marcha pues no sabía cuanto duraría la llovizna y tampoco podía esperar a que escampase.

Mi error estuvo en que de la gasolinera, el camino sigue por un desvío a la izquierda hacia Calzada de Bejar y yo seguí el trazado de la carretera hacia la urbanización de el puerto de Bejar. La lluvia no cesaba, aproximadamente a unos 3 km. alcancé la población de Cantagallo.
 Esto me "mosqueó" un poco, pues según  la información de la que disponía, este núcleo urbano no aparecía. Aun así, continué hacia delante, ¡Que remedio! Marchaba en paralelo y siempre a la vista por mi izquierda con la N-630 y la A-66. Al cabo de unos 5 kilómetros mas alcanzo la población de Bejar.
BEJAR

  Eran algo mas de las diez de la mañana y entré a desayunar en en bar próximo. Entablé conversación con el dueño y un cliente y fueron estos los que me pusieron al corriente de que iba en dirección equivocada, me temía tener que desandar lo recorrido hasta ahora por suerte, Pío, que así se llamaba el cliente del bar, se ofreció para llevarme en su coche a Calzada de Bejar, su pueblo natal y localidad por la que transita el camino de Santiago. El café de Pio  lo pague yo como no podía ser menos.


Una vez que Pío me dejó justo en el camino correcto, continué mi marcha por una vía ancha de tierra embarrada. Aunque había dejado de llover, me dejé el impermeable puesto a modo de cortavientos pues el frío se hacia notar desde el mismo puerto de Bejar en su vertiente Salmantina.







Ahora el terreno es llano durante 6 km. con un paisaje de dehesa, cercado en  ambos lados con alambradas que delimitan numerosas granjas ganaderas, jalonado esporádicamente por miliarios conservados en mayor ó menor medida. Se trata de cruzar todo el valle de San Agustín, salvando sin dificultad el escaso caudal en el río del mismo nombre.

Valverde de Valdelacasa
Iglesia de Santiago
Así se alcanza Valverde de Valdelacasa, el trazado del camino obliga al viajero a callejear por esta pequeña localidad con casas modestas y una coqueta iglesia de granito con una antigua cruz  del mismo material en su entrada.



 Pronto se atraviesa el pueblo y se continua en subida por asfalto hasta la cercana población de Valdelacasa que también pronto dejo atrás.





Tupimambis Teguixin ( lagarto comun )
 Abandono la carretera local que une los núcleos de Valdelacasa y Fuenterroble, tomo una pista de tierra por la izquierda justo enfrente de ve las excavaciones de una cantera, donde pasadas la tres de la tarde, hice una parada de avituallamiento en las inmediaciones de esta.


 Tan solo quedaban ya unos 5 ó 6 kilómetros para llegar a mi destino. Esta ultima distancia, se hizo muy agradable a pesar del frío que bajaba de las nevadas crestas de una sierra cercana.


El camino ascendía bordeado de robles a través del rebautizado "bosque del Peregrino", la hojarasca crujía en cada paso.  El sendero converge de nuevo con la carretera que dejé unos kilómetros atrás, en un punto donde ya se divisa Fuenterroble de Salvatierra, una vecinas que paseaban en sus afueras me indicaron que para encontrar el albergue tenía que atravesar todo el pueblo por su calle principal y que preguntase por el padre Blas.



Según mis informaciones obtenidas por internet, este albergue tenia fama de gran hospitalidad y es cierto, en el se puede sentir un verdadero espíritu del camino. Tras una breve presentación, el Padre Blas me ofreció un plato de garbanzos y me cedió su asiento al calor de una chimenea, a pesar de que eran cerca de las cinco de la tarde y que había comido recientemente, no rechazé su ofrecimiento pues me apetecía echarme algo caliente al cuerpo. El cura solo me preguntó por mi procedencia y el tiempo que llevaba caminando. Charlemos mientras yo "almorzaba", el descascarillaba bellotas asadas en el fuego que después comía dejando algunas de postre para mi.


Con el padre Blas Rodriguez
Después me acompañó hasta un barracón con literas  donde pernoctaría, encendimos una estufa de leña para que se fuese caldeando la estancia antes e caer la noche. Después se ausentó pues tenia que dar catequesis en la iglesia.
El Albergue, construido por el propio padre Blas con ayuda de los propios peregrinos que disponiendo de tiempo se ofrecían para realizar distintas labores. De esta forma contaba con mas de 80 camas repartidas en distintas habitaciones, además de varios salones donde se realizaban reuniones parroquiales, culturales, asambleas y diversas actividades.
Me di una vuelta por sus instalaciones, mas que albergue parecía una chatarrería dada la cantidad y variedad de chismes acumulados por todas partes.


Felipe

Me llamó la atención un departamento en donde había un gran numero de carros de tracción animal, le pregunte al padre Blas sobre este tema durante el café que tomamos después de la cena frente a la chimenea, Felipe, colaborador y habitante fijo del albergue se unió a la tertulia. El cura me informó que en este pueblo siempre hubo una tradición arriera y que su ilusión era mantener esa tradición criando burros y organizando jornadas de peregrinación arrieras  tanto en España como en algunos lugares de Europa con la asociación  ACASAN. Después la conversación fue derivando a otros temas diversos alargando la velada de forma agradable. Charlar en grupo todo ese rato me sentó bien después de tanto camino en solitario.

Frank
En el barracón, coincidí con Frank, súbdito alemán de la localidad de Colonia, había llegado al albergue dos horas antes que yo. Lejos de la actitud fría de los alemanes, Frank era un personaje singular, extrovertido y dicharachero, con tintes "beatos" dado el enorme crucifijo que llevaba al cuello, el Cristo de Dalí que tenía como salvapantallas en su ordenador portátil o la breve oración que realizaba cada vez que comía. Recorría el camino de Santiago en bici por la Vía de la Plata, sincerándose conmigo me contó que tuvo problemas con el alcohol lo que motivó su separación matrimonial y que para superar dicho trance viaja en bicicleta por toda Europa desde hace 6 años, entendí por eso que me rechazase una lata de cerveza que le ofrecí y en cambio devoró la media docena de naranjas que yo había comprado en la tienda-bar cuando salí a cenar.

Don Blas se pasó por el barracón para despedirse de Frank y de mi pues a la mañana siguiente madrugaría mucho mas que nosotros y que nos dejaría el desayuno preparado. Nosotros (el ciclista y el fotógrafo, como así nos llamaba ) solo pudimos darle las gracias por tan generosa hospitalidad.





2 comentarios:

  1. ¡Coño!, un cura que me cace bien. Si es que las apariencias engañan. También vale por el alemán ...

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    1. Me descojono con el video de los arrieros, los cantos en las iglesias Noruegas y los "berridos" Castellano-Leonenses.

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