DIFICULTAD: MODERADA.
TIEMPO: 6 ,30 HORAS.
Aunque haya mil tropiezos ir p´alante no ir p´atrás
Disfrutando lo que andaste y lo que queda por andar.
"La guia"- El puchero del hortelano.
5 de abril de 2013.
Como dice el encabezado, estoy disfrutando mucho con esta aventura que llevo a cabo a pesar de algunas dificultades y penalidades por las que he pasado. En esta etapa el disfrute fue mayor y en las posteriores aún por realizar creo que mas, merced a la compañía que numerosos viajeros ofrecen y reciben recíprocamente.
Incorporarse y realizar el Camino Francés a partir de Astorga se puede hacer con los ojos cerrados dada la infraestructura montada a tal efecto. Además de una buena señalización a lo largo de todo trayecto, existen largos tramos de camino para uso exclusivo del peregrino.
Inicié esta etapa de nuevo solo. Mientras preparaba la mochila para la marcha, Antonio, mi paisano de Nijar me comentó que retrasaría su salida pues iba a esperar a que abriese la oficina de correos ya que quería enviar parte de su carga a Mallorca. El resto de mis compañeros de dormitorio, o sea, toda la juventud aún dormía. Tan solo Irlanda (Éire) salia ya por la puerta del albergue. Buen camino - dijo al despedirse. Mas tarde la adelantaría, los jóvenes a su vez también me adelantaron a mi.
El recorrido comienza por la carretera LE-142, al cabo de unos 2,5 km. aprox. se alcanza la localidad de Valdeviejas, pero no es necesario internarse en ella pues se sigue por la carretera quedando esta en su margen derecho, a la misma altura pero en el arcén izquierdo paso junto a la ermita Ecce Homo.
Mas adelante se cruza la autovía A-6 por un paso elevado y a unos 2 kilómetros mas, cruzo a través de un pequeño puente el río Jerga y entro (esta vez si) en Murias de Rechivaldo, donde entré en un bar para desayunar. Su dueña me pidió por favor, que dejase la mochila en la calle junto a la puerta de entrada, una estrategia para atraer mas clientela.
Hacia muchísimo frío, agradecí de buen gusto el café caliente y una enorme rebanada de pan de hogaza con jamón al calor de la chimenea. Llegó un peregrino en bici con los dedos totalmente entumecidos introdujo las manos literalmente en el fuego. ¡¡Mucho frio!!.
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Xarquia llegando a Santa Catalina |
A la salida de Murias la carretera describe una ligera curva hacia la derecha para dirigirse a Castrillo de Polvazares, pero yo seguí de frente por uno de los senderos que anteriormente hice mención, acondicionado en exclusiva para el peregrino, durante algo mas de 4,5 km. en linea recta que recorrí en compañía de "xarquia" hasta Santa Catalina de Somoza, pueblo típico Maragato con numerosos comercios hosteleros aprovechando el incesante paso de peregrinos.
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Poyete Maragato |
"Xarquia" hizo parada en uno de ellos mientras yo continué por en mismo andadero para peregrinos en paralelo con una carretera local hasta la siguiente localidad: El Ganso, distante de Santa Catalina unos 4 kilómetros.
A media mañana, el frio incrementado por el airecillo que bajaba de las cumbres nevadas en los cercanos Montes de León se hacía sentir. El trazado de esta etapa, me conducía directamente a ellos donde acabaria esta jornada. El día soleado unido al ejercicio que se produce al caminar, mitigaba en gran parte las bajas temperaturas.
El Ganso es una diminuta pedanía perteneciente al municipio de Brazuelo, que forma parte de la Comarca de la Maragatería. El camino pasa por sus calles y pronto queda atrás, avanzando ahora por la carretera local LE-CV-192 durante un corto periodo de tiempo, pues enseguida comienza un camino ancho entre el asfalto y pinar.
Junto al cruce de Rabanal Viejo, el camino se estrecha considerablemente introduciéndose sinuosamente entre un bosquecillo de rebollos ó carballos deshojados, una variedad de roble con cuyas ramas los peregrinos a su paso se han entretenido en tejer cruces sobre una valla alambrada que bordea el camino. Algún "espabilao" se le ocurriría la feliz idea y los que vinieron por atrás la copiaron como borregos.
Este sendero acaba incorporándose de nuevo al asfalto frente a un enorme carballo, conocido aquí como "Roble del Peregrino", según reza un cartel a orilla de la carretera, bajo las ramas de este árbol centenario, los peregrinos han guardado descanso en su largo viaje.
Unos metros mas adelante se intercepta la carretera por la que transcurría con la LE-142, justo en la misma entrada a Rabanal del Camino, unos tímidos copos de nieve cayeron a modo de recibimiento. De nuevo, muchos eran los bares y restaurantes ubicados en su empinada calle principal que ofertaban sus menús económicos al paso de viajeros, sin embargo yo hacía poco que había tomado un tentempié. Eran las 12:30 horas de la mañana, demasiado pronto para el almuerzo, lo reservaría a mi llegada a Foncebadón.
Atravesando todo el pueblo hasta en su parte mas alta, llego a un lavadero y junto a él una fuente natural en donde acopio de agua.
De aquí parte una pista de tierra compacta, aunque empinada todavía resulta relativamente cómoda para los peregrinos en bicicleta (depende de la capacidad de esfuerzo de estos), pero que un poco mas adelante les conviene abandonar en un cruce con la carretera y continuar por esta en paralelo al camino, ya que el sendero se va estrechando paulatinamente a la vez que se torna vez mas abrupto. A mi paso por aquí, además de estas circunstancias hubo que añadirle una ligera nevada que no entorpeció mi paso.
Otra causa que si me creó problema, fue meterme en una zona totalmente encharcada de la que manaba agua del suelo a borbotones por todos sitios, teniendo que dejar momentaneamente el trazado del camino para salir de allí.
Pero mereció la pena un poco de barro en los pies, desde allí se contemplaba una gran extensión de la
comarca Maragata a los pies de los Montes de León, en la vertiente opuesta de estos comenzaría la Comarca del Bierzo.
Tras cruzar de nuevo la carretera sigue el camino su mismo sinuoso trazado, ahora por su margen derecho y a poco llego a otro abrevadero para ganado junto a un área de descanso. De aquí parte el último y mas empinado tramo en un ascenso de 3 km. por el monte Irago hasta Foncebadón.
Un mojón con el símbolo de la concha colocado en medio del camino para impedir el paso a vehículos a motor, fue el lugar elegido para dejar allí mis viejas y gastadas botas, cansado de "acarrear" con ellas y con la esperanza de que los posteriores peregrinos no se tomen la molestia de retirarlas para que duren allí el máximo tiempo posible. ¡¡Tampoco quedan tan mal !!
Como ya dije, el camino en esta ultima fase era muy empinado y se le sumó una dificultad añadida, ya que un gran chorro de agua discurría hacia abajo en todo su ancho y largo, por lo que debía andar a saltos de piedra en piedra ó por los bordes de este.
Peor lo tenían una pareja de jóvenes,( matrimonio de Astorga.-Me confesó la chica) a quien ayudé en varias ocasiones a empujar su bici.
Localizado el nacimiento del agua que descendía por el camino, me desembaracé de mi carga y me entretuve en hacer con piedras y barro una parada a la que dí salida por una zanja que abrí con el bastón para que el agua se encauzase mas abajo en la cuneta de la carretera, facilitando así, el ascenso a los peregrinos rezagados.
Me sentí bien, tampoco perdí mucho tiempo pues de nuevo alcance al matrimonio joven justo a la entrada de Foncebadón, la muchacha se encargó en hacer la foto testimonial de mi llegada.
Foncebadón pertenece al municipio de Santa Colomba de Somoza, esta enclavado en un paso entre montañas, es un pueblo deshabitado y en ruinas pero en el, existen tres albergues que dan al peregrino alojo para reponer fuerzas antes de coronar el monte Irago.
De los tres refugios no me resultó difícil elegir en cual quedarme a pernoctar, según la documentación que portaba, en uno de ellos se ofrecía descanso y rezo matutino, otro descanso y meditación (yoga), el tercero descanso y comidas; evidentemente elegí este ultimo, "Primum edere et orate" ( primero comer y después rezar). Este albergue disponía de dos tipos de alojamiento: Habitaciones comunes, con 10 camas en cada una de ellas (7 €), y habitaciones individuales (25 €). Elegí la opción mas barata, la comodidad que pudieran ofrecerme las otras no compensaba ese gasto extra.
A mi llegada encontré allí a Irlanda y algo mas de hora y media mas tarde, llegaron el Payes con Favio. El italiano vino exhausto, al interrogarles, el Payes me dijo que el de Verona había sufrido un bajón de tensión posiblemente a causa de una gastroenteritis que tubo un par de días antes. Lo acomodamos en una litera, en el restaurante solicitamos un tensiometro y también nos proporcionó unas cuantas pastillas para tal efecto. Después, el italiano durmió el resto de la tarde- noche, sus ronquidos así lo atestiguaban.
Fue en este albergue donde degusté el famoso
cocido maragato, ya que en breve dejaría atrás esta comarca, el cocido de paladar estaba bueno y con el frio reinante se agradecía muy mucho una comida caliente, pero para mi gusto muy "pesada" (demasiada grasa).
Fuera comenzó a nevar y salí para tomar algunas imagenes. Al día siguiente completaria el ascenso al monte Irago y posteriormente descender a la comarca del Bierzo.