con pan y vino...: ETAPA 38: LA BAÑEZA

DIFICULTAD: NINGUNA.
TIEMPO: 6 HORAS.

Los viajes son en la juventud una parte de educación y, en la vejez, una parte de experiencia.
Francis Bacon.

Encontrar el camino de salida de La Bañeza fue tan fácil como lo fue la entrada, todo gracias a la eficaz señalización aportada por los amigos del Monte Urba (en especial Paco, brocha en mano). Una gran labor de ayuda y apoyo al viajero.

Paso junto a la iglesia del Salvador de construcción románica y de la que es su párroco el Padre Arturo, además de ser también el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago y Vía de la Plata Monte Urba, también un magnifico compañero de mesa en la cena anterior.

Iglesia del Salvador.

Definitivamente, el pueblo va quedando atrás a través de la calle José Marcos de Segovia, al final de esta se cruza una vía de tren por un paso a nivel junto a un muro de la molturadora de remolacha propiedad de azucarera.
Se continua por la carretera a Villalis durante un tramo muy corto, pues enseguida se ha de tomar un desvío a la derecha por una pista sin asfaltar que se dirige directamente hacia el río Duerna, donde un bonito puente de hierro de la vía férrea ayuda al viajero a cruzar las aguas.

En este punto volví la mirada para un ultimo vistazo al pueblo de La Bañeza, un grato recuerdo que me llevo de él.

Molturadora de remolacha en La Bañeza.

Plaza del Ayto. de Palacios de Valduerna

Seguí un camino entre campos de cultivo y pasé bajo un puente de la autovía A-6 junto a la misma orilla del río, después tras varias curvas a derecha e izquierda, enfilo una recta para llegar a Palacios de la Valduerna, que al transitar por su calle principal no me tropecé con nadie, tan solo con un abuelete ocioso al que pregunté por cortesía por donde continuar el camino a la salida del pueblo, pregunta que me respondió muy amable. A las personas mayores les gusta sentirse útiles, se sienten bien.

Pasando junto al cementerio, comienza ahora una recta pista de unos 6 Km. Al principio de esta me encuentro con una gran cantidad de conejos que al captar mi presencia a lo lejos, corren a esconderse en un terreno totalmente horadado por ellos, introduje mi bastón en una de esas madrigueras para ver la profundidad al mismo tiempo que preparaba la cámara por si saltaba alguno de estos roedores, cosa que no ocurrió.

La vegetación era mediterranea, con chaparros de encina a ambos lados de la pista, que resultaba incómoda transitar por ella, el barro se adhería a la suela de las botas dificultando avanzar.

Así llego a interceptar con una carretera local por la que sigo mi caminar durante medio kilómetro aproximadamente. A mi espalda, el cielo se tornó muy oscuro y pude distinguir claramente como comenzaba a descargar agua, apreté el paso huyendo de la mojada.

La carretera describe una ligera curva hacia la derecha para dirigirse a Riego de la Vega, pero yo continuo de frente de nuevo por una pista de tierra menos arcillosa y por tanto menos embarrada que la anterior, se dirige recta a la autovía A- 6 que veo a lo lejos frente a mi, afortunadamente la cortina de agua que se descargaba tras de mi, siguió el mismo rumbo que el asfalto, hacia el Este, por lo que me libré momentaneamente de la lluvia.

Al llegar junto a la autovía, paso de nuevo bajo ella y también cruzo la N-VI (carretera a La Coruña). Aquí tuve dos opciones, o continuar por el arcén de la carretera, ó bien seguir el camino detrás de unas naves ganaderas por un sendero poco definido pero muy bien señalizado, (hasta aquí había llegado Paco del Monte Urba sin que su brocha gorda y su bote de pintura amarilla se agotase).

Elegí con acierto esta ultima opción, ya que transitando por esta senda llegué hasta la misma orilla del río Turienzo que crucé por el puente de Valimbre, último vestigio romano situado el la Vía de la Plata.
Aprovechando que había un merendero en la otra orilla, hice una pausa para una comida frugal y un descanso mas extenso, ya que el cuerpo me pedía ambas cosas.

Cruzando el puente de Valimbre.

Una vez repuestas las fuerzas, continuo por este sendero en linea recta hasta cruzar una vías de tren abandonadas, giro a la izquierda y sigo en paralelo a ellas durante aproximadamente 1 km. mas hasta la población de Celada de la Vega.
A partir de aquí, los últimos 3 kilómetros de recorrido de esta etapa se realizan a través de la Nacional VI.

Una molesta lluvia-viento vino a entorpecer este ultimo tramo hacia Astorga y por suerte el albergue se encontraba cerca de la entrada de la ciudad, mitigando así el esfuerzo adicional de buscar refugio bajo la inclemencia meteorológica.

Albergue de peregrinos

En Astorga finaliza la llamada Vía de la Plata, el camino de Santiago continúa a partir de aquí por el mas histórico y transitado Camino Francés ó de Roncesvalles. Mi distancia recorrida por esta vía es de 488.1 kilómetros desde que enlacé con ella en la ciudad de Mérida.
El albergue de Astorga, Siervas de María se encontraba atestado de gente, era grande, de varias plantas, acorde con la masiva afluencia de peregrinos que por esta ruta transitaban.

Después de asignarme en recepción una cama, conocí varios compañeros de habitación con los que compartiría camino esporádicamente en las dos etapas siguientes, todos provenientes del camino Francés, entre ellos estaban: ANTONIO, paisano de Almería, concretamente de la comarca de Nijar aunque llevaba mas de 40 años afincado en Mallorca,recién jubilado. Los demás eran todos chavales jóvenes. FAVIO el italiano y su compañero EL PAYES (no supe su nombre), SERGI y su amigo XARQUIA (tampoco supe como se llamaba, de Málaga claro) y tres de los seis compomentes de la KORÉAN FAMILY como así los llamaba Sergi a un grupo de Coreanos que llegaron al albergue a mismo tiempo que lo hice yo, entre ellos estaba MESSI, el mas joven de todos, lo bautizamos así porque ser un ferviente admirador de Cristiano Ronaldo, para meternos con él, la coña y eso. También conocí a IRLANDA ó ÉIRE como yo la llamaba, una muchacha joven que viajaba sola, ubicada en otra sala del albergue, su dominio del español era escaso pero se hacía de entender.
Como reza la frase filosófica del anunciado de arriba, realizar el camino da lugar a vivir nuevas experiencias y descubrir sensaciones que... Bueno, mejor lo comento en forma de relato pues el "asunto" da mucho de sí. Retomo también este género literario que hacía tiempo que no usaba para elaborar algunos de los post que componen este blog, pero que en esta ocasión, todo lo que continuación paso a contar es cierto y ocurrió como tal, razón por la que no transcribo este relato en letra cursiva, como suelo hacer cuando se trata de una historia surgida de mi imaginación.

Dice así:

DE COMO LLEGADO A EDAD MADURA SE DESCUBREN NUEVAS Y PLACENTERAS SENSACIONES EN LAS PUDOROSAS PARTES ANATÓMICAS ASÍ COMO EL DESEO DE REINCIDIR EN IGUAL Y GOZOSA SITUACIÓN .

A poco de llegar al albergue, en este se ofrecía servicio de lavadora por 3€ y secadora por otros 3€.
En la habitación, acordamos el Payes, Favio el italiano, Sergi y yo de compartir este servicio de lavandería para que nos saliese mas barato. Dicho y hecho, nos pusimos a hacer acopio de todas nuestras prendas sucias en su mayoría calzoncillos y calcetines además de camisetas, sudaderas, prendas de abrigo, en fin todo.
Fue tal el volumen textil acumulado, que en recepción nos dijeron que todo no cabía en una sola colada, por lo que tuvimos que hacer dos coladas con su correspondiente incremento de precio. Al final, formamos sociedad anti-suciedad, El Payes y Favio para una colada, Sergi y yo para la otra. Una empleada del albergue para esta misión se hizo cargo de nuestras hediondas prendas y nos daría el aviso cuando estas estuviesen listas. Después cada uno de nosotros siguió a lo suyo. Yo me fui a dar una vuelta por la ciudad de Astorga y volví al cabo de un par de horas, en recepción se me comunicó que la colada estaba lista, directamente bajé al semi-sótano a la lavandería y cogí un canasto de ropa, dentro un papelito con mi nombre. ¡¡ Dios !! Todas la prendas estaban dobladas y colocadas en una perfección y planitud tal que parecían incluso planchadas.
Vistas así resolví no mover la ropa ni un solo milímetro para que Sergi también contemplase esta obra de ingeniería textil que colocada así parecía un Tangram.
¡¡ Todos los "gallumbos" y calcetines planchados, joder que lujo!! Sinceramente, ¿Cuando he visto yo unos calzancillos planchados?, vamos ni en mi casa, mucho menos haciendo el camino, cuando en ocasiones he tenido que aprovechar la misma agua mientras me duchaba para también lavar la ropa utilizando el gel como detergente y sirviéndome de radiadores, calefactores o estufas para secar las prendas. Cuando no, colgadas de la mochila en días de sol, o volver a ponerme los calzoncillos después de un escurrido a conciencia y esperar a que el calor corporal evapore la humedad.
Sergi lo flipaba mientras nos repartíamos las prendas. Pero lo mejor fue la profunda sensación de bienestar sobre todo en la entrepierna y pies al vestirme después de la ducha. ¡Gloria bendita! La reacción de Sergi fue similar a la mía. Lo que me produjo mucha risa fueron los términos con los que se expresó, algunos en catalán y otras con el punto de ingenuidad de sus veinte y pocos años.
- "Cony tu", cuando vuelva a casa, le exigiré a mi madre que me planche los "calçotets" cada vez que los lave. Esto me gustaría repetir.
- Yo también lo intentaré con mi mujer, aunque dudo mucho que lo consiga.

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ASTORGA