TIEMPO: 10 HORAS.
Camino hace amigos
-Refranero-
11 de Octubre de 2013.
Pernocté en el albergue de Airexe y tras un breve desayuno, continué mi camino por la misma vía por la que alcancé esta parroquia como ya comenté en la etapa anterior, se trata de una vía asfaltada y adosada a esta un carril terroso de uso especifico para el peregrino con un bordillo y una linea amarilla delimitando ambos.
La caminata de este día fue muy cómoda en todo su recorrido.
Aún no había amanecido todavía cuando llegué a la aldea de Portos, distante 2 km. de Airexe.
Unas curiosas hormigas del tamaño de un burro adornan un parque publico junto a la carretera de esta localidad.
Muy próxima esta la parroquia de Lastedo, a unos 600 m., a la que arribo con las primeras luces del día. El peregrino a su paso por aquí se encuentra con los nichos de su cementerio al borde mismo del camino.
Le siguen después Os Valos y A Brea con un intervalo de 1 kilómetro entre ambas aldeas.
A partir de A Brea se transita ahora por un carril paralelo a la carretera nacional 547, en ocasiones se separa de esta para transitar por medio de una arboleda que infunde una sensación de paz y sosiego al caminante.
Palas de Rei |
Saliendo de Carballal. |
Volví a toparme con la carretera pero solo para cruzarla al arcén izquierdo en donde continua el sendero, y tras algo mas de 1 kilómetro, entro en la aldea de San Xulian do Camiño. Me sorprende ver en este lugar todo lo mas representativo de la Galicia interior concentrado en una sola imagen, que naturalmente capturé con la ya entonces idea de dejarla plasmada aquí.
Hórreo, iglesia- cementerio, castaños y cruceiro. Galicia |
Mas adelante me topé con este cartel que indica el desvía hacia la aldea de A Graña, probablemente algún peregrino de la "mala follá" se entretuvo en borrar la virgulilla de la "ñ" para sentirse así mas cerca de su añorada y bella tierra.
Sin tomar el desvio A Grañá continuo hacia adelante y enseguida llego a la aldea de Ponte Campaña, aquí se encuentra el albergue-bar Casa Domingo donde el peregrino puede disponer de viandas y morada.
Comienza aquí un tramo del camino de una belleza increíble, espectacular.
Como si de un bosque imaginario de esos que salen en las películas de duendes y gnomos, se trata de una espesa masa forestal de robles altos con gruesos troncos invadidos de hiedra y musgo, ramas entrelazadas en las alturas creando un pasadizo abobedado. El sol se interna a duras penas por entre las hojas y el camino desgastado y erosionado de piedra lavada por numerosos resudaderos de agua que corren pendiente abajo.
Ese día me encontré el firme relativamente seco, salvo en ocasiones en donde tenía que andar a saltos para evitar algunas pozas que se formaban entre las piedras.
¡Cuidadín, cudadín! |
Limite Lugo - A Coruña |
A poca distancia (0,5 km.) O Coto, aldea del Concello de Melide ubicada en la linea limítrofe entre Lugo y A Coruña, última provincia por la que transitar en mi recorrido por la geografía española.
Como ya comenté en post anteriores, las aldeas se reagrupan en parroquias, O Coto pertenece a la parroquia de Leboreiro, a tan solo 700 m mas adelante. Esta población se cruza enseguida y se abandona a través de un pequeño puente medieval.
Comienza aquí un tramo en donde la vegetación cambia radicalmente y enlaza de nuevo con el asfalto de la N-547. Un andadero habilitado para los caminantes pasa frente a un extenso polígono industrial engalanado con varias placas y esculturas conmemorativas y referentes al camino de Santiago y a sus peregrinos.
Furelos |
En una bifurcación no señalizada tuve dudas por donde seguir, consultando los mapas me dió alcance una joven peregrina que vi llegar con paso renqueante, al preguntarle a ella que dirección seguir, la chica optó con acierto por el sendero a la derecha, la acompañé.
Juntos recorrimos los 2 km hasta la aldea de Furelos con su puente medieval de tres ojos a la entrada de esta y dos kilómetros mas hasta el importante núcleo de Melide.
Sonia, que así se presentó mi acompañante quiso sellar su credencial en la iglesia Sancti Spíritus de Melide, situada en una plaza de este pueblo. Se desembarazó de su mochila para acceder al templo, yo me quedé al cuidado de esta fuera en la puerta. Tras un rato tomando el sol sentado en el suelo de la plaza y ver que la chica no salía, entré en la iglesia y la encontré haciendo fotos al retablo, vírgenes, santos y personajes históricos allí sepultados. No había nadie mas en la iglesia, razón por la que no pudo sellar su cartilla.
Entre bromas susurrantes y risas ahogadas sobre el aspecto que tenían los Hidalgos enterrados en la piedra esculpida, Sonia me confesó que era muy creyente, a la vez, le dije que mi posición frente al tema religioso era todo lo contrario... Respeto absoluto.
Sonia se quedó maravillada por la belleza de una antigua talla representando a una Virgen..., ¡vale, si tu lo dices!... a mi me parece mas bien un trozo de madera.
Sepultura del siglo XV del caballero Alfonso Váquez de Insua. |
Retablo del convento Sancti Spiritus de Melide |
Salimos de allí y mi acompañante seguía empecinada en sellar, por lo que nos acercamos al albergue municipal que lo encontramos cerrado por obras creo recordar.
Frustrada, continuamos restándole kilómetros a esta etapa.
Tras dejar Melide, alcanzamos Carballal y un poquito mas adelante nos internamos en otra frondosa masa de eucaliptos y robles donde decidimos hacer un alto para comer, fue aquí donde sucedió el episodio de los orines que comenté en mi FACEBOOK.
También fue aquí donde tras los bocadillos compartidos, Sonia se preparó un cigarrillo y abandonó sobre un mojón del camino el tabaco de liar y el librito de papeles, prometiéndose a si misma, encomendándose al Apóstol Santiago y ante mí como testigo dejar de fumar.
Límite Lugo - A Coruña. |
- Que no, que no. Estoy decidida.
- Tu misma.
Solo aguantó ese día, a la mañana siguiente al comienzo de la siguiente etapa, compró una cajetilla en el bar donde desayunamos.
-¡ Que bien sienta un cigarrillo después del café! Dijo.
- Te entiendo. Le dije con una leve sonrisa, pero por dentro "descojonao".
Continuando el camino, pasamos por las aldeas de Parabispo (del Concello de Arzúa), A Peroxa y la parroquia de Boente, donde hubo tiempo para un necesitado café y aprovechando ese pausado momento en la mesa del bar para que la madrileña Sonia y yo comentasemos nuestra situación personal, caminos recorridos, anécdotas y experiencias en ellos vividos...
Transitamos varios metros por el arcén de la N- 547 y después por un carril a la izquierda pero en paralelo a esta durante algo mas de 2 km. para pasar por Castañeda, luego 1 km. mas para cruzar de nuevo la carretera, esta vez por un paso elevado y después 2 km. de bajada hasta el río Iso. El paso renqueante de mi compañera de viaje era debido a una lesión muscular en ambas rodillas que se produjo hacia varios días en su etapa hacia Sarria, en donde le recetaron unos calmantes para atenuar el dolor y proseguir su camino. Esto no le impedía que marchase con un ritmo vertiginoso que a veces a mi me costaba seguir, pero donde mas sufría era en la bajadas, donde Sonia recurría a la técnica de andar de espaldas de la que había adquirido gran destreza y no aminoraba la marcha... Todo un espectáculo,vamos.
El río Iso era la puerta de entrada a Ribadiso da Baixo, localidad próxima a Arzúa, tan solo 3 kilómetros mas adelante marchando por la carretera nacional que se convierte en una larga avenida a la entrada del casco urbano. Marchamos Sonia y yo entre bromas y risas, fatigados pero a la vez aliviados por alcanzar nuestra meta.
El reportero, reporteado. |
Fotografía y edición de Sonia Alvarez. |
No quedó mas remedio que alojarnos en un albergue privado y en consecuencia mas caro.
Luego después de asearnos nos fuimos a dar una vuelta y realizar unas compras de comida para el día siguiente.
Después de varios días malcomiendo, mi organismo me exigía una comida caliente., le propuse a Sonia invitarla a cenar. Si las latas de cerveza que apuramos a nuestra llegada a Arzúa dieron para unas risas mas, el vino compartido en la cena dió paso a confidencias mas personales, una charla larga y relajada sentados a la mesa del bar. Entre muchos temas, mi interlocutora me confeso el motivo que la llevó a realizar el camino, una promesa en torno a un problema con un miembro de su familia y la ocasión para evadirse momentaneamente de una tensa situación.¡ Cuan distantes sus motivos de los míos!
De vuelta al albergue hice una llamada telefónica a mi familia, en los escasos cinco minutos que duró la llamada me encontré a mi acompañante durmiendo en su litera, exhausta, rendida.
Hala, buenas noches.
Cada vez que lo leo vuelvo a esos días de encuentro con la vida.
ResponderEliminarOjo lo que te echo de menos compañero de camino....