domingo, 14 de abril de 2013

ETAPA 32: SALAMANCA - EL CUBO de la TIERRA DEL VINO 35 KM.

¡¡ Ya tenía ganas de tirarme otra vez a los caminos!! ¡¡Y es que esto engancha!!
Aprovechando los días de Semana Santa + una semana que tomé de vacaciones, me lancé de nuevo a recorrer parte de la geografía nacional, esta vez por tierras de Castilla y León. Las previsiones meteorológicas auguraban un tiempo desapacible, pero eso no amilanó mis deseos del volver al camino.
Así fue como el Jueves Santo me planté en Salamanca dispuesto a reanudar esta andadura. Me encontré el albergue mucho mas concurrido que cuando lo dejé allá por el pasado mes de noviembre, pero no de peregrinos sino de turistas en su mayoría extranjeros disfrutando las vacaciones y aprovechando para ver las procesiones.
Me tocó compartir literas con un numeroso grupo de jovencitos, todos mas o menos de la misma edad pero de diversos países, que se habían organizado para viajar hasta aquí, entre ellos había de Londres, de EEUU, de Méjico, de Alemania y de Canadá una chica, la única del grupo y que amenizaba la estancia cantando en ingles con una prodigiosa y dulce voz con mucho parecido a la de Alicia Keys y nada que envidiarle.
 Pero yo lo que necesitaba dormir y estar descansado para el día siguiente, con la algarabía de estos jóvenes y su continuo entrar y salir, a duras penas lo conseguí.

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DIFICULTAL: ELEVADA ( Por la lluvia )
TIEMPO: 10 HORAS


 En los desvanecidos tiempos de la incertidumbre, un camino recorre la tierra agostada y triste; una vía de esperanza se abre en el mundo para el caminante que busca el consuelo... Porque aquí todos estamos de paso, todos somos peregrinos... ( La crónica de Justo Hebencio, siglo X )
                                       
                                         Del libro "El camino mozárabe" de Jesús Sánchez Adalid.
                               

29/03/2013 (Viernes Santo)

A las 7:00 horas, salí a hurtadillas de la habitación para no molestar a los pocos que se habían recogido y dormían. En la puerta del albergue me crucé con la muchacha canadiense ("Ambiguas horas que mezclan al borracho y al madrugador") que con gran esfuerzo me preguntó en castellano:
- ¿Cu-an-tos  ki-ló-me-tros hoy?
-Thirty-five, contesté para que ella lo entendiese.
- Ufff. ¡Es mu-cho!¡Buen camino! me deseó.

Los meteorólogos no fallaron, en la calle llovía, así que me pertreché con el impermeable y me dirigí directamente a la Plaza Mayor, donde una vieira de bronce encastrada en uno de sus adoquines marca el inicio de esta etapa y la dirección a seguir para salir de la capital charra, en linea recta primero por la calle Zamora para llegar después a una rotonda con una figura de un toro, cercana a la plaza de toros.









 Continuando en esa misma linea y dirección se alcanza la N-630, circulando por su arcén se pasa frente al estadio Helmantico y se deja atrás definitivamente la ciudad.


Al cabo de unos 5 km. se abandona la carretera por una pista de tierra a la izquierda y tras un escaso kilómetro mas se alcanza la localidad de Aldeaseca de la Armuña (guasa de nombre con la que estaba cayendo del cielo). Las señales amarillas indican la necesidad de transitar por sus calles para  abandonarla por una pista de tierra junto a unos campos de cultivo.


Por esta misma pista se pasa bajo la autovía A- 66 para enfilar una larga recta de unos a 4 km. hasta la población de Castellanos de Villiquera, en este punto de la etapa , la lluvia arreció bastante por lo que tuve que buscar cobijo bajo la marquesina de un local, aproveché para cambiar de calcetines y sacudir el barro de las botas.












 
La lluvia pasó a ser sustituida por un molesto viento que al menos secaba mi indumentaria mojada.
 4 kilómetros mas adelante alcancé Calzada de Valdunciel, este núcleo al igual que el anterior se cruza pronto, pasando frente al ayuntamiento y desembocando en una plazuela adornada con una alineación de piezas cilíndricas de granito, posibles restos de miliarios.










El itinerario sigue por un camino de vega que se va acercando paulatinamente a la carretera y que continua paralelo a esta en su margen izquierdo, yo harto de esquivar charcos y pisar en falso sobre barro, accedí al asfalto, aunque poco después una intersección con la autovía me obligó a pasar bajo esta y seguir por una cañada, circunstancia que aproveché para parar y comer algo pero que cuando tuve ocasión volví de nuevo a la carretera, rehusando el camino oficial por encontrarse en un estado adverso.













El resto de la jornada la cubrí por este trazado, pasando frente a la cárcel de Topas y acto seguido la carretera me ayudó a cruzar en elevado el arroyo de Izcala que discurría bastante crecido y fuera de sus margenes.











 





2 km. mas adelante llegué al limite provincial de Zamora y poco después abandono la carretera nacional para tomar el desvío marcado como El Cubo de la Tierra del Vino a 3 km.







Antes de hacer entrada en el pueblo me encontré con numerosos lugareños que observaban con preocupación como el río San Cristóbal que pasa por esta localidad se había desbordado también por varios sitios, anegando huertos y fincas de arboles frutales, dejando aisladas algunos cortijos y casitas de campo.

















Ya en el pueblo, me recibió Filiberto, hombre rural, muy cordial y campechano que junto con su madre, magnifica cocinera, ambos regentaban con grata hospitalidad el albergue Torre del Sabre.





  Casi todos los productos utilizados para las comidas que se ofrecían, los cultivaba el propio Filiberto en huertos y corrales próximos al albergue, en estos, su hospitalero también realiza esporádicamente labores didácticas tanto a grupos escolares como a familias, y elabora quesos para su posterior venta. Cuenta con cuadras de caballos de cuya cría es un apasionado y donde Filiberto me mostró orgulloso algunos de sus ejemplares.













También se hospedaba aquí Roland, súbdito austriaco con el que compartí habitación. no hablaba nada de español pero con mi limitadísimo ingles pudimos mantener conversación al menos para darnos a conocer, usándome Filiberto en alguna ocasión como interprete ante el austriaco.
Con Roland coincidí en varios albergues en posteriores etapas, pero no caminé junto a el, le cundía muchísimo mas que a mi y siempre llegaba 2 ó 3 horas antes que yo.



3 comentarios:

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  2. "Vasta es Castilla". La añoranza con la que he leído este post me confirma que mis ancestros tienen allí su origen.

    ¿No te recuerda a nadie Roland?

    P.D. (que había puesto "Basta")

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    1. A tu cuñao Salvador, Tu también te has dado cuenta ¿no?

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