domingo, 19 de octubre de 2014

ETAPA 2: SAN JUAN DE VILLAPAÑADA - SALAS - TINEO 40, 4 KM.



 DIFICULTAD: ELEVADA.
 TIEMPO:  10 HORAS.



Domingo 31 de agosto de 2014.

7: 00 A.M.
Tampoco fui el mas madrugador, otros peregrinos hacía rato que habían comenzado esta segunda etapa.
Terminado de pertrecharme, salí del albergue y volví sobre los pasos del día anterior pasando junto al cementerio de San Juan hasta el cruce  del desvío al refugio y girando a mano derecha por la carretera en un fuerte ascenso de aproximadamente 2,5 kilómetros hasta el Alto del Fresno. El Santuario de la Virgen del Fresno se alza a la vista del viajero, yo desistí de hacerle una foto al pasar junto a él por la escasez de luz todavía.


Tocaba ahora un descenso vertiginoso por una ancha y  peligrosa pista de tierra con mucha piedra suelta. Momentaneamente el camino se interna en un bosquecillo en donde crucé el puente de la Meredal con su fuente del mismo nombre en la que reposté líquidos.




Acto seguido se cruza por un puente de reciente construcción por encima de la autovía A-63, continuando en descenso hasta la aldea de San Marcelo con sus coloridas casas ubicadas en el fondo del valle. Hasta llegar a este punto, la sensación es de haber caminado mucho mas pero en realidad solo se han abarcado escasos 4 km. de etapa.



Una vez traspasado San Marcelo se circula por la carretera local SL-9 durante muy pocos metros, pues justo antes de llegar a una rotonda, surge un carril hacia la izquierda que nos guia primero por huertas de manzanos y después tras sortear el arroyo de la Meredal, el sendero se va tornando mas angosto cubierto por arboleda y maleza espinosa que dificulta el avance.



Superado este obstáculo se pasa junto a las "cuatro casas" que forman la aldea de La Reaz, justo antes de salvar una autovía por medio de un túnel.



De inmediato entré el la parroquia de La Doriga.
Pese a no ser una localidad digamos... grande, como hubo un tiempo en que si lo fue, cuenta con varios elementos históricos - culturales de relevada importancia como el Palacio de La Doriga y la Iglesia de Santa Eulalia.



Sin tiempo para entretenerme y muy a mi pesar, debía continuar el camino otra vez en ascenso, ahora por una ancha pista usada para la circulación de camiones y maquinaria pesada empleados en la construcción de una autovía elevada sobre el curso del río Narcea, río salmonero por excelencia. Pero esta colosal obra ahora paralizada solo ha dejado huella en montañas mutiladas a ambos lados del valle y gigantescos pilares de hormigón sin acabar.

 A consecuencia de esta infraestructura inacabada, el camino se desvía provisionalmente por un sendero arbolado delimitado por un rudimentario muro de piedras.





 Por ella se va descendiendo y pasado el tramo boscoso la senda se va estrechando paulatinamente a la altura de unas cuadras de vacas y caballos, pertenecientes estas a la localidad de Casas del Puente, junto a la carretera nacional 634.





Continuando ahora por asfalto, teniendo a mano izquierda una extensa plantación de kiwis y posteriormente pasando junto a la barriada de La Rodriga para atravesar de seguida el puente sobre el Narcea y sirve como entrada a la localidad de Cornellana.






En este lugar hice un alto para el desayuno, ya que habían pasado mas de dos horas de que comenzase esta etapa y aún no había ingerido alimento ninguno.
Acabado el descanso, transito por las calles de Cornellana siguiendo las indicaciones de las señales amarillas que me conducen al abandonado Monasterio de San Salvador. Actualmente en fase de restauración, en su interior acoge el albergue de Cornellana.




Estando tomando algunas imagenes de este bello edificio,me alcanzó Paco, un peregrino de Madrid aunque oriundo  de Montánchez (Cáceres) al que conocí en el albergue de Villapañada el día anterior. Juntos proseguimos el camino en ascenso por una carretera local hasta la aldea de Sobrerriba y dejando atrás el asfalto subimos al Alto de Santa Eufemia que ofrece una vista general de Cornellana.




El transito a partir de este punto es mas placentero y relajado, por un tramo de abundante vegetación y masa forestal. Paco y yo nos fuimos dando a conocer. Realizaba el camino de Santiago merced a unas vacaciones tomadas en su trabajo como diseñador gráfico de platós de TVE y por ende me dio a conocer algunos entresijos entre bambalinas de esta radio televisión publica.
De esta manera entre confidencias, llegamos a una cantera donde las maquinas y cintas transportadoras realizaban enormes montones de sílice triturado.

Esta cantera da entrada a la  pequeña localidad de Llamas.



2,5 km. mas adelante aparece la población de Quintana y algo mas de 1,5 km. accedemos a Casazorrina tras atravesar  su puente.

Transitando por la calle principal de esta localidad, llamaron mi atención un par de zuecos de madera junto
a las puertas de una cuadra, tomando una fotos de estos aparecieron dos simpáticos lugareños que nos dieron una demostración de como colocarse y el uso que le dan a este calzado que allá le llaman " galocha". A mi me hizo mucha gracia el peculiar acento asturiano usado en sus explicaciones y alguna que otra palabra en bable


Nos vamos acercando a la N-634 pero antes salvamos una autovía por un túnel y después cruzamos la carretera. La barriada de Mallecín es la antesala del casco urbano de Salas casi anexionados ambos.
Paco y yo, siguiendo las flechas nos dirigimos directamente al albergue municipal de Salas, recorriendo la larga avenida del Llaniello. Localizado el albergue, hay que solicitar las llaves de este en el bar Pacita donde también sellamos nuestras credenciales.
Paco acabaría su etapa aquí, para mi, los 20 kilómetros recorridos para llegar a Salas constituían solo la mitad de mi jornada aquel día.
Así pues, antes de despedirnos nos invitamos a varias rondas de cerveza deseándonos ambos ¡BUEN CAMINO!

Palacio de  Valdés Salas y torre medieval
Después hice un poco de turismo por este bonito pueblo capital del Concejo. Al ser domingo, su centro urbano bullía de gente y las terrazas de los bares se encontraban llenas.

Río Nonaya a su paso por Salas.



























Al pasar bajo el Arco del Palacio de Valdés Salas y su torre medieval, me encontré con la joven Marina y su padre Luís a los que conocí en el albergue de Oviedo, ellos también alargaron esa etapa un poco mas. Aproveché su presencia para que me hiciesen unas fotos inmortalizando este lugar.










Dejando atrás Salas, continuo por un bonito sendero cubierto por frondosos arboles que me proporcionaron una agradable sombra en aquel soleado mediodía. A mano derecha oía el rumor de las aguas del río Nonaya en el fondo del barranco.






Este tramo fue muy llevadero a pesar de ser en ligero ascenso. Mas adelante la cosa empeoró al confluir con la N- 634 y la subida se tornó mas pronunciada. La carretera describe una curva muy cerrada en donde la autovía pasa muy por encima sostenida por altos pilares de hormigón.







 Acto seguido, se abandona el asfalto a mano izquierda por una pista en un tramo aún mas empinado que los anteriores, como referencia la autovía se mantiene constantemente a mano izquierda.





Esta agotador tramo que para mas "inri" cubrí en las horas mas calurosas del día y con escasa vegetación, me condujo hasta la aldea de Porciles junto a un parque eólico. En resumen, desde que partí de Salas hasta aquí, había cubierto una distancia de unos 6 km. con un desnivel de 400m.



Avanzando 2 km. mas llegué a la población de Bodenaya, el camino circula a través de sus calles y frente a su curioso  albergue de peregrinos ubicado bajo un hórreo aprovechando la estructura de esta construcción.

Albergue de Bodenaya

La población de La espina sobreviene avanzando un kilómetro mas, cuenta con numerosos bares y toda clase de servicios. Marchando por su calle principal me encontré con un peregrino que realizaba el camino de Santiago a caballo, se encontraba descansando dando pan duro a su yegua. Me interesé por el y en una animada conversación me confesó que lo mas complicado de hacer el camino a caballo era encontrar un lugar al final de cada etapa en donde acampar (no usaba los albergues) y donde su montura pudiese comer hierba fresca sin tener que invadir ninguna propiedad privada.

Después caminamos unos metros mas en paralelo continuando la charla hasta inevitablemente dejarme atrás.
A la salida de La Espina, de una rotonda surge una senda delimitada por un muro de piedra y como curiosidad, sembrada de pequeños trozos de azulejos de colores semi-enterrados en el barro. Por este carril tras 1 km. se llega a la parroquia de Pereda.

Ermita del Cristo de los Aflijidos (Pereda)



Fuente de El Reconco (Pereda)
























Viejo molino (Bedures)
El Pedregal
 A esta parroquia pertenecen las aldeas por las que el camino transcurre durante unos 2,5km. : La Pereda, Bedures y La Millariega. Para alcanzar la siguiente parroquia de El Pedregal.




A continuación un tramo de unos 4 km. mas ó menos sin ningún núcleo urbano hasta Santa Eulalia de Tineo, población esta que apenas se roza.
2 kilómetros mas para llegar a la barriada de San Roque. Descansé unos minutos en las gradas de su campo de fútbol mientras dos equipos de "zagales" disputaban un partido. Algunos de ellos eran muy buenos.

Merendero de San Roque.
 


El último kilómetro de esta doble etapa la hice acompañado de un lugareño de San Roque, haciendo de guia turístico mientras me explicaba costumbres de este lugar y al llegar a Tineo se presto a hacerme una foto como final de etapa.
Una vez enfriado del esfuerzo y sobrevino el cansancio, me juré no volver a realizar una etapa tan larga.
El juramento fue en vano.

Tineo


Un poco de relax.

miércoles, 8 de octubre de 2014

ETAPA 1ª: OVIEDO - SAN JUAN DE VILLAPAÑADA 30,5 KM.




 TIEMPO: 8 HORAS.
DIFICULTAD: ELEVADA



                                               ...pero yo caminaría 500 millas,  y caminaría 500 millas más
                                                  sólo para ser el hombre que camina 1000 millas
                                                  para caer frente a tu puerta...

                                                                      " I´m gonna be (500 milles)" - The Proclaimers-


                                                
Sábado 30 de agosto de 2014



Siguiendo el itinerario memorizado el día anterior, no tuve ningún problema para cruzar Oviedo partiendo desde la fachada misma de la Catedral y dejando atrás  la urbe caminando por la acera del barrio de la Argañosa. Luego los últimos residenciales y parques hasta salir a campo abierto donde comenzó a amanecer.


Las primeras horas de la mañana fueron frescas con una temperatúra excelente, ideal para la practica del senderismo.
Al cabo de unos 5 kilómetros aproximadamente a lo largo de una poco transitada carretera local, se llega al pequeño núcleo de San Lázaro de Paniceres, a la entrada de este hay una "panera" semi-derruida.



Una de las muchas cosas que he aprendido durante el transcurso de este viaje, ha sido saber distinguir  un "HÓRREO" y una "PANERA". El hórreo  es la construcción que está soportada sobre 4 pilares, si ese mismo habitáculo se sostiene sobre 6 o mas pilares, pasa a denominarse "panera" que por lo común suele ser de mayor dimensión. Pero en ambos casos, el uso de ambas estructuras viene a ser el mismo, el almacenaje de las cosechas de grano ó forraje. La "lasca" plana encima de cada pilar evita que los  ratones puedan acceder a la cosecha almacenada, como también lo hace la ausencia del último peldaño en las escaleras de acceso.






Volviendo al tema, se continua por la misma carretera en donde las señales nos van orientando sobre todo en los cruces, al mismo tiempo que preciosos paisajes rurales deleitan la mirada del viajero.


















 
 De esta forma alcanzamos tras 2,5 km. la aldea de Llampaxuga, donde nos recibe la Ermita de el Carmen. En la pared junto a la entrada, una pequeña puertezuela guarda un sello que esta a disposición de los peregrinos que quieran adornar una casilla mas en su credencial.




















Para continuar el camino no es necesario internarse por las calles de Llampaxuga ya que este, bordea la ermita y discurre ahora por una pista de tierra mas cómoda para el caminante. Alcancé a un grupo de peregrinos y junto a ellos cubrí la distancia entre las aldeas de Llubrio, Lloriana, La Bolguina y Fabarín en algo mas de 2 km. El dialogo con mis nuevos acompañantes se limitó a poco mas que las meras presentaciones, ya que estos solo hablaban en  los dos idiomas cooficiales en Bélgica, el francés y el flamenco, y yo solo se hablar en mi "cerrado" acento andaluz. Pero en posteriores encuentros en esta y otras etapas nos saludábamos como "Los Bélgias" ellos y como "Andalusía" yo.




 Se llega hasta el río Nora que marca el límite del municipio de Oviedo y cuyo cauce se salva a través del puente de los Gallegos. En la otra orilla se encuentra la localidad con el mismo nombre, ya perteneciente al municipio de Las Regueras.


El pequeño pueblo de Gallegos se atraviesa a lo largo por la carretera que forma su calle principal, al dejarlo atrás, se agradece abandonar el asfalto a mano derecha donde se inicia una estrecha y bonita senda en la que el caminante se relaja momentaneamente a través de su cubierta arbolada.









Y digo "momentaneamente" porque a llegar a un portón de una finca privada conocida como El Molino de Quintos, toca esforzarse en el siguiente tramo, comienza aquí el sufrido y pronunciado ascenso al Alto del Escamplero. En esta subida, noté en los cuadriceps de mis piernas los primeros reveses de la escasa preparación con la que venía a afrontar el      durísimo trazado de el camino primitivo sobre todo en su vertiente Asturiana.



Poco antes de coronar la cima del Alto, se produce una pequeña bajada el la localidad de Los Arroxos en la que el caminante toma un respiro para terminar de afrontar los últimos metros de subida.






Se circula ahora por la carretera AS- 234 abandonandola a ratos intermitentes por caminos de tierra para volver a retomarla de nuevo, de esta manera se cubre una distancia de 4 km. pasando por las localidades de Valsera y Picarín hasta llegar a Premoño.

Hasta aquí, se ha recorrido poco mas de la mitad de etapa.



Continuando hacia adelante, por una pista asfaltada primero y luego por un camino empedrado bajo las frondosas ramas de enormes castaños arboles frutales de menos tamaño. El camino se estrecha considerablemente convirtiendose en una serpenteante senda casi cerrada por helechos y matorral bajo.



En este punto del camino me dio alcance la joven Sandra, la chica valenciana que conocí en la espera de la apertura del albergue de Oviedo y que en su agradable compañía recorrí el resto de etapa.


Primero alcanzamos el núcleo de Paladín donde El Soto, unos de los afluentes que engrosan el río Nalón, parte en dos esta población.








Después de Paladín, se sigue hacia delante pasando  primero por Puerma en un tramo asfaltado, luego por una bonita senda arbolada que termina confluyendo de nuevo con la AS-234 en un trazado sin arcén que atraviesa la localidad de L´arache para llegar finalmente tras 4 km. aprox. de andanza a Peñaflor donde antes hay que cruzar su puente con el mismo nombre que salva las aguas del río Nalón.














Superada esta localidad, sobrevienen 3 km. mas por una pista de tierra que atraviesa una llanura conocida como Vega de Grado.
 La charla con Sandra hizo mas  llevadero este monótono recorrido, barajábamos las posibilidades de hospedarnos en el albergue de Grado con todo tipo de servicios en su casco urbano ó en el albergue de Villapañada 5 km mas adelante.




 Finalmente, llegamos a Grado y tras realizar una compras de avituallamiento en un supermercado, decidimos continuar mas adelante hasta San Juan de Villapañada.






5 últimos kilómetros en ascenso por la carretera de Acevedo salvando un desnivel de 200m. y pasando por las barriadas de La Barrera, El Cascayal y El Valle.


Fueron solo 5 km. pero parecieron quince, merced al cansancio acumulado, las ansias por terminar y la incertidumbre por encontrar ó no alojamiento.
A mi me volvieron a repetir las contracciones musculares en los cuadriceps y las cervicales. A Sandra le sobrevino un repentino ataque de tos y de ahogo que nos obligó a parar hasta que recuperó la respiración y pudimos continuar superando los últimos metros.




El albergue de San Juan de Villapañada no se nos apareció hasta dar el último de los pasos, camuflado tras la iglesia y ubicado sobre una ladera. Un alivio encontrar un lecho donde reposar y recuperarse del esfuerzo.


El elemento mas característico de este albergue es sin duda Domingo su hospitalero, afable y bonachón, apareció al cabo de un buen rato tras nuestra llegada cunado ya nos habíamos alojado junto con otros peregrinos que ya estaban y mas que vinieron detrás. Domingo puso orden en nuestras credenciales y dormitorios mientras explicaba las normas básicas de estancia en el refugio, atendió cada una de nuestras dudas respecto a las siguientes etapas ilustrándonos sobre cuanto deberíamos ver y hacer. Y ya en un tono mas jocoso, contó varias anécdotas divertidas que inevitablemente le ocurren en el albergue por el continuo transito de peregrinos durante los años que lo lleva regentando. En fin, que fue muy divertido y lo pasamos muy bien, pero tocaba descansar para afrontar la segunda etapa.
Sandra, en su necesidad de no caminar sola se unió a un grupo numeroso de peregrinos/as, todos muy jóvenes al igual que ella y juntos planearon el itinerario para el día siguiente.
Yo por mi parte, partiría en solitario y antes que ellos con la seguridad de que me darían alcance, como así ocurrió.